Comienzo este ejercicio editorial con una frase atribuida a Teresa de Calcuta, aunque algunos más señalan que es autoría de San Agustín o Juan Bosco.

Más allá del origen de una secuencia de palabras, se trata de una frase aplicable a la vida; es un proverbio que resalta la importancia de ayudar a los demás y hacer contribuciones a la sociedad.

Así como la propia Teresa de Calcuta inició su labor de ayuda, principalmente en India, hay mil y una persona o agrupaciones que se dedican al apoyo en “n” tareas a donde los gobiernos no pueden (o no quieren) ayudar.

Las necesidades alrededor del mundo, son miles: el hambre, la salud, el desarrollo, la educación, la democracia, medio ambiente, derechos humanos. La lista es interminable.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, una organización de la sociedad civil u organización no gubernamental (ONG) es cualquier grupo de ciudadanos voluntarios sin fines de lucro que se organiza a nivel local, nacional o internacional, en la construcción de un mundo mejor. Se tiene indicios que las primeras menciones de ONGs surgieron a mediados de la década de 1940.

No obstante que coadyuva a resolver problemas y que tiende la mano a la autoridad institucional, muchas de estas ONG se han visto entorpecidas en sus labores, de una manera cada vez más severa.

Citando datos de Amnistía Internacional, hay leyes concebidas para silenciar, como sucede en Pakistán, Bielorrusia, Arabia Saudita, Egipto, Azerbaiyán, Nicaragua, China y Rusia en estos dos últimos países, toda ayuda externa es considerada espionaje o se considera enemigo del estado e invariablemente, se copan hasta llevar el activismo a la cárcel.

Se estima que hay en el mundo más de 10 millones de ONGs, de las cuales, millón y medio se asientan y trabajan desde Estados Unidos.

En México hay alrededor de 24 mil organizaciones civiles y muchas de ellas tienen un enfoque asistencialista.

Si me llega a preguntar si existe una efeméride dedicada a las ONGs, la respuesta es sí y se celebra cada 27 de febrero, aunque, como lo menciono siempre, para referirnos a tal o cual tema, no requerimos una fecha en particular.

Aunque las Organizaciones de la sociedad civil ayudan en mucho a atender problemas y situaciones diversas, cada uno, desde sus personales posibilidades, puede tender una mano a quien lo necesita, o bien sumarse a acciones de voluntariado que otros más ya vengan desarrollando.

¿Cómo vivir para servir y servir para vivir? En nuestras comunidades podemos adherirnos a acciones pro ambientales como la limpieza y saneamiento de espacios públicos; hoy que los acapulqueños siguen viviendo los estragos de los recientes huracanes, podemos armar una colecta de perecederos y así ayudar a los hermanos en desgracia.

Recordemos que ayudar a los demás nos permite desarrollar valores como la generosidad y la cooperación, nos permite poner nuestro granito de arena para alcanzar una la sociedad más justa e igualitaria. Vivamos para servir.