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Opinión Editorial


El Día de Muertos y sus Altares


Publicación:31-10-2023
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Admitir que la muerte es irreversible causa temor y nos cuesta reconocer que es parte del ciclo de la vida

     La muerte para todas las culturas del mundo ha sido, es y será un proceso que propicia la reflexión, la búsqueda de respuestas y la investigación sobre sus circunstancias.

     

     Admitir que la muerte es irreversible causa temor y nos cuesta reconocer que es parte del ciclo de la vida, donde hay que aprender a convivir con la idea de que "nacimos para morir".

     

     Podríamos decir que la cultura de México refleja nuestro pasado histórico, la compleja realidad presente y los retos futuros en la forma de vida y muerte de las familias mexicanas.

     

     Las tradiciones y costumbres que nutren nuestras prácticas socio-culturales y nos dan identidad nacional, son de tal riqueza de valores, emotivos significados, simbolismos espirituales y diversidad cultural.

     

     La diversidad es tan amplia y plural como las regiones y zonas que nuestro país tiene, siendo el Día de Muertos o Día de Todos los Santos Difuntos una de las celebraciones más emblemáticas, representativas y pintorescas del folklor mexicano, donde se conjuga lo antiguo y lo moderno.

     

     Los orígenes de esta mexicanísima tradición se remontan a la época de los pueblos nativos de Mesoamérica, concretamente en la civilización mexica o azteca, cuyos pobladores rendían tributo a sus difuntos una vez al año, representándolos con cráneos verdaderos puestos sobre ofrendas que, con la flor de cempasúchil, guiaban sus espíritus para llegar al Mictlán; es decir, el lugar de los muertos.

     

     Ante la llegada de los españoles la celebración se transformó, pero no perdió su esencia. En una estrategia no violenta para convertir al catolicismo a los pueblos nativos, los colonizadores adoptaron la representación del ´viaje al Mictlán´ y la reprogramaron en el calendario para que coincidiera con la festividad del Día de Todos los Santos y Todas las Almas, la cual forma parte del santoral católico y se celebra cada primero de noviembre.

     

     La mezcla cultural azteca-española trajo consigo una nueva identidad al Día de Muertos y resultó una fiesta religiosa única en el mundo, donde los rituales, los simbolismos, los elementos y los colores se fusionan para esperar el regreso de nuestros seres queridos... espiritualmente.

     

     Actualmente, el elemento más representativo del Día de Muertos son los Altares con sus ofrendas, comidas y música, que cada noviembre las familias preparan en sus hogares para recibir a sus seres queridos y representar su visión sobre la muerte, llena de significados.

     

     Tradicionalmente los altares tienen niveles y de acuerdo con la religiosidad familiar, se usan hasta siete niveles. Así, los altares de dos niveles representan la división del cielo y la tierra y los de tres niveles al cielo, la tierra y el inframundo o los elementos de la Santísima Trinidad.

     

     El tradicional altar de siete niveles representa los escalones que el espíritu debe ascender para llegar a su descanso. Cada escalón es cubierto con manteles, papel picado, hojas de plátano, palmillas y petates de tule.

     

     En el escalón más alto de coloca la imagen del Santo de la devoción familiar; el sexto se destina a las ánimas del purgatorio; en el quinto se coloca la sal, símbolo de la purificación; en el cuarto el pan que se ofrece como alimento y consagración; en el tercero las frutas y los platillos preferidos por los difuntos; en el segundo las fotografías de las personas recordadas y, por último, el contacto con la tierra, una cruz formada con semillas o frutas.

     

     En el altar se coloca copal e incienso para purificar el espíritu y su aroma lo guía hacia su ofrenda. El arco, hecho de carrizo y decorado con flores, se ubica por encima del primer nivel del altar y simboliza la puerta que conecta al mundo de los muertos, el cual se debe seguir para llegar al Mictlán.

     

     Con el propósito de fortalecer nuestra cultura de mayor arraigo popular, los Centros de Desarrollo Infantil (CENDI) del Frente Popular "Tierra y Libertad" convocamos a la comunidad educativa a participar en la Muestra de Altar de Muertos cada año y dedicar un homenaje a difuntos destacados por su labor educativa, científica, artística e histórica, para que la niñez y sus familias recuerden con cariño su memoria al verlos en sus nichos de los altares, cuyo montaje siempre es de extraordinaria creatividad.



« Lupita Rodríguez Martínez »