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Opinión Editorial


El año que concluye


Publicación:12-12-2022
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Ya estamos en la cuenta regresiva de este agónico 2022.

Ya estamos en la cuenta regresiva de este agónico 2022. Sí que ha sido un año de grandes movimientos telúricos en la vida política y social de Nuevo León, México y el mundo ¿no lo cree usted?

El año prácticamente comenzó con la invasión de Rusia a Ucrania, Muere la reina Isabel II y asume Carlos III; el Reino Unido tiene tres Primeros Ministros en un mismo año; Perú tiene por vez primera una mujer a cargo de la Presidencia y Qatar es sede del Mundial. No es lo único, claro, sólo son algunos de los miles de acontecimientos malos, buenos y no tan buenos de lo que ha sucedido en el mundo este año.

En nuestro amado México, el presidente López Obrador expropia un millón de hectáreas encaprichado por sacar adelante un carísimo tren Maya; nace la empresa estatal Litio para México; se decreta la militarización de la Guardia Nacional; Tabasco, Guerrero y Tamaulipas legalizan los matrimonios entre personas del mismo sexo; importantes grupos financieros dejan de cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores; se inaugura el aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y una inflación acumulada al mes de noviembre, del 7.4 por ciento.

Súmele a ello la intentona presidencial por eliminar al INE y su plan “B”, aún latente.

En Nuevo León, quién no recuerda la detención del ex gobernador Jaime “N”.

También, las desapariciones y feminicidios “sonados” de la maestra Jhoana Ligues; Yolanda Martínez Cadena, María Fernanda Contreras y Debanhi Escobar cuyo trabajo de investigación oficial dejó mucho que desear y que provocó la salida del Fiscal General, Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez.

Creo que el máximo de máximos de piedras en el zapato para los nuevoleoneses este 2022 fue la crisis del agua que comenzó con la primavera y que nos provocó recortes del líquido en todos los hogares; claro, y meses más tarde, el trasvaso de El Cuchillo a Tamaulipas.

En lo político, usted lo ha visto, siguen en pleito los poderes Legislativo y Ejecutivo, así como la inconformidad de los alcaldes ante la falta de cumplimiento de las promesas del gobernador. Ah y por supuesto, la “desbandada” de alcaldes de todo color que se sumaron al partido naranja.

De flojera que el gobernador se mofe diciendo que los diputados no “son su papá”, pero cuando de quejarse y buscar el apapacho institucional, no le hace el feo a que llegue el presidente, regañe a los diputados y le dé su espaldarazo al Ejecutivo Estatal.

Caray, qué año tan pesado porque cada cosa reseñada ha tenido consecuencias, secuelas que van erosionando las relaciones entre los actores políticos y fracturan la confianza de los ciudadanos hacia sus gobernantes que se cansan de los shows políticos, donde la “vieja y la nueva política” parecen más de lo mismo.

Es difícil recomponer del todo el año que concluye –salvo honrosas excepciones y con una gran dosis de buena voluntad- pero como la esperanza es lo último que muere, espero, deseo y confío que aquello que este año no se resuelva, pueda tener un mejor comienzo en el 2023.




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