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Opinión Editorial


División de opiniones


Publicación:24-08-2021
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¿Llevar o no llevar a los niños a la clases presenciales? Esa es la cuestión. El debate público se traslada al seno familiar

¿Llevar o no llevar  a los niños a la  clases presenciales? Esa es la cuestión. El debate público se traslada al seno familiar. Isadora, mi mujer duda en llevar a nuestros hijos a partir de esta nueva sepa del Covid “Delta” en donde niños de la edad de nuestros hijos; Iker y Gabriel se están contagiando. Duda ella, mientras yo afirmo. En el seno familiar tenemos división de opiniones.

Por mi parte, estoy convencido de que mis hijos deben asistir a clases presenciales. En nuestro colegio serán con la nueva modalidad  de “híbrida”; es decir,  una semana irá  la mitad del salón a la escuela y el resto será virtual, y viceversa la siguiente semana; con la opción voluntaria de que el total de las clases se podrá tomar de forma virtual.  Es ahí donde empiezan las opiniones contrarias, por que inclusive comentando con nuestro hijos, Iker dice que no quiere ir, le teme al virus…mientras Gabriel, gustoso, quiere ver a sus amigos e ir de nuevo a su escuela. 

Antes de esta pandemia mi mujer no les permitía a ellos, ni celular, ni Tablet y la computadora solo la usaban para hacer trabajos escolares. Ahora  se pasan frente a las pantallas 6 horas de escuela virtual, de dos a cuatro horas de televisión, mas su tiempo  con videojuegos; es decir que más de la mitad del tiempo que pasan despiertos, están  frente a una pantalla, viviendo una realidad virtual, interactuando solo mediante aparatos electrónicos. ¡Qué terror que se acostumbren a tan pequeña edad a esa “realidad virtual” y a la cero interrelación personal con  otro ser humano!

Cuantas películas de “ciencia-ficción” nos pintaban la deshumanización de las relaciones humanas…y no quiero parecer fatalista, pero esto que estamos  viviendo parece ser el principio del fin de nuestra era  y  el comienzo de una época que no sabemos a donde nos llevará. Entonces, me aferro al contacto  presencial, confieso  que  me perturba “la sana distancia”, me rebelo a no ver una sonrisa de los niños, el tacto es tan esencial como  respirar, pero a su vez, comprendo que el virus nada de eso respeta.

Una cosa tan cotidiana como era  el regreso a clases en donde las decisiones eran quien compra los  uniformes, mochilas,  los útiles escolares, parece que se convierte en  un debate de  mas profundidad, seguir apoyando las clases virtuales en donde los niños se automatizan más pero están sanos, o que socialicen de manera presencial con sus compañeros y maestras con el riesgo de ser contagiados por maldito bicho. Sin duda, estamos en el principio del fin de nuestra época; cuando el hecho de ir a la escuela puede poner en riesgo la vida de tus hijos. La decisión no será fácil y quizás como en mi familia, habrá división de opiniones. 



« José Luis Galván Hernández »