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Opinión Editorial


Celebraciones decembrinas


Publicación:05-12-2022
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Ya lo dijo el gobernador: estamos en el mes del perdón.

Ya lo dijo el gobernador: estamos en el mes del perdón. Claro, el lo dijo en la connotación que su circunstancia amerita, toda vez que enfrenta una crisis política con el Congreso y con los alcaldes por situaciones que usted y yo ya conocemos.

Y mientras los políticos hacen y deshacen en lo local (aunque en lo nacional tampoco cantan mal las rancheras y al otro lado del mundo, rusos y ucranianos enfrentan sus propios y particulares problemas), yo, fiel “navilover”, ya quiero referirme a diciembre y todo lo que el cierre de año representa para la humanidad.

Desde mi particular topten del cine navideño empezando por una antiquísima cinta llamada “An affair to remember”, pasando por “Mientras dormías”, “Mujercitas”, “Milagro en la calle 34”, entre muchas otras, hasta la ornamentación navideña, los árboles, las luces, los alimentos de la Nochebuena y algunos etcéteras más.

Por mucho, diciembre es un gran mes donde podemos, si nos lo proponemos, hacer el recuento de lo que hicimos y lo que no, y las metas para la próxima vuelta al sol.

Antes de llegar a la noche más hermosa del año, también he de referirme a la fiesta patronal de los mexicanos, el 12 de diciembre, cuando le damos las gracias a la Virgen de Guadalupe, por lo sucedido en el año.

Retomando el tema navideño, y a reserva de rayar en lo cursi y emocional, me gustaría enaltecer a un sinfín de asociaciones conocidas y no conocidas, grandes y pequeñas, que hacen un gran esfuerzo para llevar alimentos, vestido y juguetes a comunidades donde poco llega la ayuda institucional y que en estas fiestas cobra mayor importancia.

Hay tanto por hacer y muchas personas a las cuales llegar, desde migrantes, gente en situación de calle, personas en orfandad o con condición de discapacidad y adultos mayores, y es en situaciones como esta en que usted o yo podemos también sumarnos a la cadena de apoyo y de ayuda.

Basta con echar un vistazo en casa para ver prendas del guardarropa de las cuales podemos prescindir, algún cobertor, guantes o gorras. Luego, darnos la vuelta por la cocina para tomar un poco de lo que hay en la alacena para compartir. No crea que es poco; todo cuenta.

El canal de ayuda lo decide usted: ya sea a través de la iglesia, de alguna asociación o directamente en el lugar donde crea que pueda marcar la diferencia. Hay que recordar que el frío de este invierno amenaza ser seco y duro.

Si sabe de algún familiar o vecino que la esté pasando mal o esté sólo durante la Nochebuena, separe un poco de lo que tenga en la mesa y compártalo. Nadie es lo bastante pobre o rico como para dejar de dar gracias y compartir.

Una llamadita a aquella persona que está lejos, también es otra forma de vivir estas fiestas.

Una última cosa, sea empático con todo ser viviente y eso aplica a los animales de compañía. Evite el uso de pirotecnia que los asusta pero que, además, abona negativamente al medio ambiente.

No se necesita ser, como esta servidora, una “navilover”, todo esto lo puede hacer a lo largo del año, pero en el marco de estas fiestas, cada pequeña o gran acción cobra un sentido muy especial.




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