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Opinión Editorial


Buenas noticias de redes sociales


Publicación:05-07-2021
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No importa el nivel de escolaridad, o que las “graduaciones” hayan sido en línea, lo realmente importante es seguirlos encaminando, acompañarlos.

En fecha reciente me ha tocado atestiguar cómo a través de las redes sociales muchos conocidos han felicitado a sus hijos e hijas, por escalar un eslabón en su trayectoria educativa, ya sea de pre escolar a primaria; de primaria a secundaria; su aprobación e ingreso a la preparatoria o bien a la facultad.

No importa el nivel de escolaridad, o que las “graduaciones” hayan sido en línea, lo realmente importante es seguirlos encaminando, acompañarlos.

Esa es una de las maravillas de tener al menos una red social: compartir buenas y alegres noticias y además, tener la oportunidad de evocar ese hermoso recuerdo cada año.

¿Y sabe qué? Me da harto gusto que tanto padres como hijos no cejen en su empeño por que las nuevas generaciones aspiren a cosas diferentes.

Como decía Mandela: “Es a través de la educación que la hija de un campesino puede llegar a ser médico, que el hijo de un minero puede llegar a ser cabeza de la mina, que el descendiente de unos labriegos puede llegar a ser el presidente de una gran nación”.

Tener educación permite personas con mayor raciocinio y puede ser un detonante de paz, de democracia, lo cual a mediano y largo plazo, forjará un mejor país.

 “Sólo la educación de las masas puede liberar al pueblo. Un hombre educado no puede ser oprimido, si es capaz de pensar por sí mismo. Debemos a nuestros niños una vida libre de violencia y miedo”.

Son los menos, pero también me ha tocado leer quienes comparten el término de una maestría o doctorado, lo cual, pareciera en el contexto de este México, que a “ya saben quién”, no le agrada del todo, pero ese ya será motivo de otro artículo.

Sólo los padres de familia saben lo que cada pequeño o gran avance de sus hijos le representa a su economía y sé que este esfuerzo no les importa, porque saben que es un gran legado.

A mí no me tocó poder difundir mis logro académicos, pero disfruto ampliamente que hoy muchos lo puedan hacer. Celebro el gran ejemplo que le dan a más personas para que se animen a estudiar y progresar.

Lo celebro tanto como la lucha de cada padre de familia que hace rendir el gasto, que incursiona en el emprendimiento, que pone un pequeño bazar o una venta de alimentos para cubrir libros, colegiaturas, trabajos académicos, gadgets, que los hijos requieren para  alcanzar sus metas.

Espero y deseo que este empuje  dé fruto a mediano plazo y que en próximos censos, el Inegi pueda dar cuenta de que crece el grado de escolaridad en México, y que hoy por hoy es de 9.1 años, lo que equivale a la secundaria terminada.

Y mientras los padres empujan por un futuro más promisorio, confiemos que haya más esfuerzo oficial para empezar a parecernos a países como Corea del Sur, Singapur, Japón, China, Canadá, que destacan en el top ten de las naciones con mejor nivel educativo del mundo.




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