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Opinión Editorial


Aspiracionista


Publicación:14-06-2021
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“Sólo la educación de las masas puede liberar al pueblo. Un hombre educado no puede ser oprimido, si es capaz de pensar por sí mismo”. Nelson Mandela

Mis padres trabajaron duro para sacar adelante 4 hijos, para darnos educación recordando que la educación es la mejor herencia que se puede legar a las futuras generaciones, y así, en retribución, darles la satisfacción de haber culminado una carrera; dos de nosotros añadimos el plus de una maestría.

Y la frase de la herencia educativa no lo decían solo nuestros padres. El gran libertario sudafricano, Nelson Mandela, decía que “es a través de la educación que la hija de un campesino puede llegar a ser médico; que el hijo de un minero puede llegar a ser cabeza de la mina, que el descendiente de unos labriegos puede llegar a ser el presidente de una gran nación”.

Y sigo citando al ex presidente sudafricano y premio Nobel de paz: “ningún país se puede desarrollar realmente hasta que sus ciudadanos son educados.La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

Y mientras cientos de grandes pensadores, al igual que Mandela, se refieren a la educación como el gran motor que mueve al mundo al propiciar desarrollo, evolución, innovación, avances en la ciencia y en la medicina, el responsable de la 4T despertó un día buscando justificar su retroceso electoral en el Congreso.

"Y es muy interesante cuando ve las encuestas que quienes creen más todas esas campañas son los que tienen nivel de licenciatura hacia arriba, o sea, son más, proporcionalmente. Cuando uno pensaría que, ante más nivel educativo, más conciencia; pues no necesariamente. Claro, también clase media-media, clase media alta y alta igual que de licenciatura para arriba, ahí pega más”, dijo hace unos días en la mañanera el presidente.

“Un integrante de clase media-media, media-alta, incluso con licenciatura, con maestría, con doctorado, ¡no!, está muy difícil de convencer”, dijo.

Sí, para él, quienes llegamos a la licenciatura o a un post grado, quienes leemos y analizamos, representamos un peligro.

Pero no nos puede culpar de su retroceso electoral en el Congreso pues en honor a la verdad y citando cifras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT, sólo 2 de cada 10 mexicanos cursan un post grado.

Y remato con cifras delINEGI, que dice que hay en México sólo 12 millones de personas con licenciatura y menos de un millón con maestría o doctorado.

Tal pareciera que para la 4T es más importante volver al México de los 50s, 60s; ese México en que el PRI hacía cuanto le venía en gana aprovechándose de la ignorancia y pobreza de la gente. Sí, de ese PRI del cual emergió, gracias al cual llegó al gobierno de Tabasco y del que hoy reniega y le hace fuchi.

No puedo evitar divagar evocando a cada fascista que el mundo ha parido y sus terribles escenas de quema de libros en aras de seguir teniendo súbditos ignorantes.

“Quemar libros y enterrar eruditos confucianos”, fue un edicto emitido por el primer emperador de China, QinShihuang, hace más de 2 mil años para destruir obras y personas que consideraba políticamente peligrosas.

Aún no se llega a la quema de libros… al menos por ahora, pero sí pareciera que se quiere destruir todo aquello que se considera políticamente peligroso.

Ya conocemos la postura presidencial sobre los seres pensantes, sobre la clase media y sobre el acomodo de la Cámara que asume el 1 de septiembre; veamos qué es lo que nos tiene reservado este gobierno que estoy segura, no se quedará cruzado de brazos.




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