Opinión Editorial
Animalistas
Publicación:11-12-2024
++--
"La gente generalmente confunde lo que leen en los periódicos con las noticias"
Aunque muchos sostengan lo contrario y se empeñen en decir que los medios de comunicación son solamente un negocio, lo cierto es que no pueden abandonar su misión de ser un reflejo de la sociedad en la que vivimos.
Así, los medios en Monterrey relatan día a día la espiral de violencia que padecemos desde hace tiempo y la narran, por las exigencias del mercado, de una manera cruda, directa, cuidando aún el buen gusto y la ética, además de apegarse a las normas legales de preservar el "debido proceso"
¿Habrá perdido la "nota roja" el carácter de prevención de los delitos con el que fue creada para dar espacio al morbo?
Recuerdo al periodista y "Media Trainer" peruano Javier Maza, que sostiene desde hace años que para que un hecho sea noticia, debe tener "VESS", iniciales de Violencia, Escándalo, Sangre o Sexo" y caigo en cuenta de que la norma sigue vigente.
Sin embargo la sociedad moderna ha ido cambiando y de un tiempo a la fecha ha aparecido un fenómeno que no me deja de llamar la atención: el animalismo.
Hoy nuestros espacios informativos se ven copados de notas en las que aparecen animales y a diario nos enteramos de que bomberos, policías o elementos de Protección Civil, salvaron a unos cachorros de un incendio, rescataron a un gatito de una alcantarilla o capturaron a un oso o un jabalí.
A cada rato se difunden informaciones sobre eventos de perros y gatos y hasta secciones especializadas se tienen en espacios de televisión.
Lo anterior no es malo, habla de la sensibilidad de una sociedad hacia otras especies con las que compartimos el planeta y de la responsabilidad que asumimos al adoptarlos como parte de nuestras familias o bien cuando nos los encontramos en los parajes cercanos a la ciudad.
Sin embargo, en la misma y exacta proporción en que nos preocupamos por los animales, hemos dejado de fijar nuestra vista y atención en otros seres humanos y nuestros medios no les dedican el mismo espacio a los niños, a los adultos mayores, a los enfermos, de suerte tal que la nueva tendencia constituye un fenómeno en el que es necesario marcar una pausa para ponernos a pensar.
Voy de acuerdo en atender a los animales y procurarlos, pero siempre y cuando hayamos cumplido con la misión como sociedad de ayudar a nuestros congéneres.
Sí, es atroz enterarte de un enfermo que maltrata o mata animales por pura diversión, pero es mil veces peor el saber que en nuestro propio entorno, sin importar nivel social, hay un montón de trogloditas que lastiman mujeres y niños y nosotros preferimos dirigir la vista hacia otro lugar para pensar que eso no existe.
Sí, hay que cuidar a los animales, pero siempre y cuando primero cuidemos a nuestros hermanos.
« Francisco Tijerina Elguezabal »