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Opinión Editorial


Abolir el trabajo infantil


Publicación:13-06-2023
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A tres décadas de iniciar el Plan de Acción para abolir el trabajo infantil a nivel mundial, actualmente 160 millones de niñas y niñas siguen trabajando

     Nuevo León logró ser el tercer Estado con menor porcentaje de población infantil y adolescente en situación de trabajo infantil en el 2019, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI Censo 2020).

     

     Lo anterior, implicó en la realidad que el 6.3 por ciento de la población de 6 a 17 años de edad vivía en condición de trabajo infantil. Esto correspondía a más 68 mil niñas, niños y adolescentes nuevoleoneses.

     

     Aunque la información pasó desapercibida entre tantas cifras difundidas por el INEGI sobre los resultados del Censo 2020, la expectativa es que Nuevo León sea líder a nivel nacional con el menor porcentaje en el Censo Intermedio del 2025 y seamos declarados como territorio libre del trabajo infantil.

     

     Poner fin al trabajo infantil y ofrecer justicia social para todos, habla de la magnitud del reto que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asumió al declarar cada 12 de junio como el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

     

     A tres décadas de iniciar el Plan de Acción para abolir el trabajo infantil a nivel mundial, actualmente 160 millones de niñas y niñas siguen trabajando; es decir, casi uno de cada diez infantes en todo el mundo.

     

     Este año, México llegó al Día Mundial con 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes que laboran, siendo la pobreza el principal factor para que la población infantil y juvenil trabaje, con el 29.1% de los casos. Otros factores son: por gusto o sólo por ayudar a la familia (el 24.6%), para pagar sus estudios y/o propios gastos (el 20.6%), porque la familia necesita de su trabajo (15.3%) y porque el hogar requiere de su aportación económica (12.9%).

     

     Cabe señalar que la Constitución Política de Nuevo León establece que la niñez tiene derecho a la preparación para el trabajo, disposición que del Artículo Tercero se trasladó al Artículo 36 de la Nueva Constitución. Este elemento no debe servir como argumento para promover el trabajo infantil, pues sería atentar contra el desarrollo integral de la niñez, violentar gravemente sus derechos y poner en riesgo su crecimiento físico, mental y social.

     

     Es tarea de gobiernos, organizaciones y familias dejar de considerar como algo normal y positivo que un niño o niña salga a trabajar, porque se piensa que los ayudará a crecer y prepararse mejor para enfrentar la vida, sin importar los riesgos a los que exponemos a nuestras infancias y adolescencias.

     

     Cierto, la pobreza es el principal factor del trabajo infantil. Lo grave es que si las políticas públicas no son efectivas para erradicarlo, condenaríamos a niñas, niños y adolescentes trabajadores a un futuro de pobreza.

     

     En lugar de romper el círculo intergeneracional de la pobreza, se reproduciría, pues quienes trabajan desde pequeños difícilmente van a poder asistir a la escuela o si lo hacen sufrirán rezago educativo y no tendrán los aprendizajes suficientes y de adultos no podrán aspirar a un buen empleo con un ingreso remunerador, por lo que vivirán en condiciones precarias.

     

     Señalar también que para el actual gobierno estatal garantizar los derechos de niñas y niños es el primer paso para convertir a Nuevo León en el mejor lugar donde nacer, crecer, educarse y vivir. De ser así, el Programa de Atención y Prevención del Trabajo Infantil, que encabeza Mariana Rodríguez, titular de la oficina Amar a Nuevo León y suscrito por 15 municipios, deberá cumplir con sacar a la niñez trabajadora de las calles, de campos agrícolas y ganaderos, de la industria de la construcción, de fábricas y comercios.

     

     Además de involucrar a la ciudadanía en denunciar casos de trabajo infantil al 075 y que el DIF acuda al lugar donde el menor esté trabajando, el compromiso colectivo debe ser garantizar su derecho a la educación y del gobierno demostrar que con la nueva política es posible...

     - Mantener una actuación estatal más enérgica en el ámbito laboral, para lograr la justicia social con la abolición del trabajo infantil;

     

     - Vigilar el cumplimiento de los Convenios 138 y 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre la edad mínima de admisión al empleo y las peores formas de trabajo infantil, para ayudar a dar protección legal a toda la niñez contra cualquier forma de trabajo infantil;

     

     - Escuchar y poner mayores esfuerzos en el Llamamiento a la Acción de Durban (Sudáfrica) para la Eliminación del Trabajo Infantil.



« Lupita Rodríguez Martínez »