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Opinión Editorial


A temblar


Publicación:30-11-2022
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El pronóstico de sequía para los siguientes meses que hoy se da a conocer en California no es ajeno a Nuevo León

“Podemos saber poco del futuro, pero lo suficiente 

para darnos cuenta de que hay mucho que hacer”

Alan Turing

El artículo publicado ayer por la agencia de noticias Reuters en el que señala que el gobierno de Estados Unidos ha advertido a ciudades de California que se preparen para el cuarto año de sequía, es para que en Monterrey nos pongamos a temblar.

Si los genios que por décadas han mantenido el suministro en condados y ciudades de casas, industrias y campos de sembradío en el oeste de Estados Unidos dicen que hay que prepararse, es necesario tomar muy, pero muy en serio la advertencia y lejos de minimizarla o de lanzar al vuelo declaraciones estrambóticas, ponerse a trabajar cuanto antes para prevenir escenarios y tener salidas que permitan el abastecimiento para el consumo en el área metropolitana regia.

El pronóstico de sequía para los siguientes meses que hoy se da a conocer en California no es ajeno a Nuevo León.

A unas cuantas horas de que se abrieran las compuertas de “El Cuchillo” para trasvasar 200 millones de metros cúbicos de Nuevo León a Tamaulipas y ante la posibilidad de un segundo trasvase de aguas, sabemos de esta declaración.

El  U.S. Bureau of Reclamation advirtió que el almacenamiento de agua está en mínimos históricos en los embalses que opera en ese estado y que la presa Shasta tiene un 31 por ciento de su capacidad, por lo que de no presentarse precipitaciones deberán implementar acciones de conservación de agua “adicionales y más severas”.

Será hasta febrero de 2023 cuando los responsables del manejo del agua en California anuncien las asignaciones de suministro para sus clientes, pero desde ahora, tres meses antes, encienden las alertas y piden a los usuarios prepararse para un escenario adverso.

Seamos claros, las lluvias de septiembre pasado no aportaron a nuestras presas ni siquiera la cantidad que históricamente promediaban, de manera que al déficit de almacenamiento hay que agregar una reducción en la captación y si a eso sumas el pronóstico de sequía para los meses subsiguientes, resulta evidente que el próximo verano Monterrey y su área metropolitana volverán a enfrentar una crisis de enormes proporciones.

Lejos de ver cómo vamos a enfrentar el problema, nuestras autoridades se la pasan diciendo que no hay problema. Ya el Gobernador ha declarado que resolvió la crisis del agua y que no habrá desabasto en no se cuántos años y el director de Agua y Drenaje desmiente a la Conagua que nos advierte sobre el problema y dice que contamos con reservas para un año.

En serio, ¿alguien cree que el dichoso bombardeo de nubes aportó un litro de agua a nuestras presas? Las lluvias fueron las de todos los años, pero especialmente en este trajeron menos agua, por lo que no deberíamos estar tranquilos.

Basta revisar la historia y ver que una y otra y otra vez los anuncios gubernamentales han fallado y que ante las declaraciones festineras han tenido que salir a aceptar su incapacidad para resolver el problema.

No será con el nuevo acueducto de El Cuchillo (¿lo terminarán a tiempo?) como se arreglen las cosas, porque eso simplemente provocará que nos acabemos las reservas más pronto, como se resolverá el problema. Hay más cosas por hacer y hay que hacerlas ya, si no queremos enfrentar un verdadero infierno.



« Francisco Tijerina Elguezabal »