Al fin llegó diciembre, el último mes de este muy movido 2024.

Un mes altamente significativo en más de un sentido, al menos en el religioso cultural: la Natividad de Jesús; la fiesta de San Nicolás de Bari (a quien muchos le atribuyen ser la figura predecesora de Santa Clós), el 6 de diciembre y la fiesta patronal de la Purísima Concepción de María, el día 8.

Pero para los mexicanos hay una fiesta religiosa mucho más solemne aún, la de la Virgen de Guadalupe.

La primera aparición a Juan Diego ocurrió el 9 de diciembre de 1531 en el Tepeyac.

Fue hasta el día 12 cuando Juan Diego desplegó su tilma llena de flores ante el arzobispo Fray juan de Zumárraga que el mundo conoció la imagen de la morenita del Tepeyac, logrando además se le erigiera la casa que hoy todos conocemos y donde aquel que tiene fe, acude a darle gracias, paga sus mandas o le solicita algo.

A propósito del destacado papel que un franciscano tuvo para dar a conocer y hacer crecer el fervor guadalupano, es que hoy me quiero referir a los doce primeros frailes que llegaron de España en 1524 con la misión de evangelizar estas tierras.

Este 2024 se conmemoran 500 años de la evangelización por parte de: Martín de Valencia, Francisco de Soto, Martín de la Coruña, Toribio de Benavente o Motolinía, Francisco Jiménez Cantó y Antonio de Ciudad Rodrigo.

También García de Cisneros, Luis de Fuen salida, Juan Suárez, Andrés de Córdoba, Juan de Palos y Juan Ribas, todos ellos frailes que se acercaron ai los nativos aprendiendo sus lenguas, costumbres y tradiciones para llevarles el mensaje de fe.

Hay quienes se refieren a ellos como los doce apóstoles en Latinoamérica. Fueron los primeros misioneros en llegar a México y evangelizaron la mayor parte del territorio.

A decir verdad, y si me permite el breviario, le compartiré que la mayor parte de mi vida he convivido con frailes franciscanos pues he estado en colegios dirigidos por ellos, he estado en grupos de iglesia y en la zona donde vivo, los templos están a cargo de los franciscanos.

Y si se me permite un segundo breviario, le comparto que, en Monterrey, solo uno de los obispos auxiliares de la diócesis que encabeza Rogelio Cabrera López, es franciscano; se trata de Fray César Garza Miranda y asumió la encomienda en 2020.

Hoy con este pequeño ejercicio editorial quisiera rendir un sincero homenaje al enorme trabajo que la comunidad franciscana ha tenido en México, en su historia, en la evangelización y en el fortalecimiento de la fe guadalupana.

Una tarea que bajo el lema "Paz y bien" empezaron doce frailes hace ya 500 años y que hoy podemos ver y vivir a través de su legado, ya que a los franciscanos les podemos acreditar tradiciones religiosas y festividades como la celebración del Día de los Muertos, las procesiones y representaciones de Semana Santa y las fiestas patronales.

También se les atribuyen las peregrinaciones, las hoy populares Posadas para representar el peregrinaje de María y José antes del nacimiento de Jesús; el Nacimiento, los villancicos, el Día de la Candelaria, así como el arte y música sacra, amén de una serie de conventos en diferentes regiones de México.