"El futuro del mundo será el futuro de las mujeres...

la mejor forma de medir el grado de civilización de un pueblo

es la condición de su población femenina".

Norberto Bobbio, jurista y politólogo italiano.

    Tres años antes, un 18 de diciembre de 1972, la Asamblea General de la ONU acordó proclamar el año de 1975 como el Año Internacional de la Mujer, un hito crucial de la lucha de las mujeres en el mundo hace 50 años.

    Por unanimidad, los delegados de los 193 Estados miembros de la ONU tomaron la decisión de emitir la declaratoria universal para redoblar los avances en la eliminación de la discriminación contra la mujer.

    Ese año y ese suceso resultaron, sin ninguna duda, un punto de inflexión para empezar a transformar las reivindicaciones feministas en compromisos institucionales de los gobiernos de los países y en planes de acción global con la mira de lograr la igualdad de género.

    La designación del Año Internacional de la Mujer marcó el inicio del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (1975-1985) y el preludio para la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, que se organizaría en la Ciudad de México del 19 de junio al 2 de julio de 1975.

    Los resultados de La Primera Conferencia, la cual se llevó a cabo bajo el lema "Igualdad, Desarrollo y Paz", ayudaron a consolidar la lucha feminista mundial y, especialmente la de las mexicanas, así como a promover la igualdad de género a nivel global con metas claras y concretas en materia de educación, empleo y participación política.

    A medio siglo de distancia y a través de una mirada retrospectiva, es importante reconocer ahora los puntos clave del Año Internacional de la Mujer:

    1.- Visibilizó las causas de lucha de los movimientos feministas en la mayor parte de los países miembros de la ONU.

    2.- Provocó que México fuera sede de la primera gran conferencia mundial y que en nuestro país se reunieran miles de mujeres de 133 países para analizar y debatir sobre su condición.

    3.- Impulsó las metas para la eliminación de la discriminación y una mayor participación femenina bajo los objetivos de igualdad, desarrollo y paz.

    4.- Incidió en desarrollar foros paralelos o espacios alternativos en las principales capitales del mundo, donde activistas y organizaciones de base pudieron expresar y hacer públicas sus demandas.

    5.- Sentó las bases para la creación de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), en 1979, un hito legal para las mujeres.

    6.- Detonó que a partir de 1975 la ONU comenzará a conmemorar cada 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, jornada global para pugnar por la lucha histórica y actual de las mujeres por la igualdad de género, sus derechos y su plena participación en la sociedad.

    El Año Internacional de la Mujer evidenció los avances logrados y las desigualdades persistentes hasta hoy, como la violencia de género de carácter patriarcal y capitalista que perpetúa la desigualdad de clases y la discriminación social, política, económica y cultural basada en estereotipos de género.

    A lo largo de la historia, pero quizá más en estos últimos 50 años, el movimiento feminista logró superar diferentes etapas y abordar una amplia gama de asuntos hasta lograr avances determinantes en la consecución de los derechos de las mujeres.

    La lucha de la mujer por sus derechos es parte de la lucha de clases, ya que no se limita a un solo grupo o perspectiva de género. Para ello, es fundamental que las mujeres de diferentes razas, etnias, orientaciones sexuales, identidades sociales y clases sociales elevemos nuestras voces unidas.

    El movimiento feminista continuará evolucionando y adaptándose a los nuevos desafíos que se enfrenten para reivindicar una sociedad igualitaria y un futuro más justo, sostenible y equitativo para todas las niñas, jóvenes y adultas.