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Éstos son los dos nuevos rivales de Elon Musk y SpaceX

Éstos son los dos nuevos rivales de Elon Musk y SpaceX
El LV0007 de Astra en el momento del lanzamiento

Publicación:24-11-2021
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Las empresas aeroespaciales Astra y Rocket Lab han conseguido en poco tiempo realizar con éxito vuelos orbitales.

Un hito que Bezos, con todos sus millones, no ha podido lograr todavía.

El cohete LV0007 de la compañía aeroespacial Astra ha conseguido llegar a la órbita de la Tierra tan solo 5 años después de su fundación. Musk tardó más de seis años en conseguirlo y el multimillonario Bezos todavía lo está intentando. Pero no son los únicos, un cohete de Rocket Labs, una 'startup’ californiana, también lo consiguió la semana pasada.

Musk y su SpaceX ya no están solos como los únicos capaces de volar por encima de la línea de Karman —lo que la Federación Aeronáutica Internacional considera la frontera entre la atmósfera y el espacio y que se sitúa a 100 km de distancia de la superficie terrestre. Astra, una compañía californiana que desde 2016 ha lanzado varios cohetes y ha llegado al espacio con éxito, ha conseguido superarla también. Este sábado 20 de noviembre, su modelo LV0007 despegó desde el puerto espacial de la compañía en la isla de Kodiak, Alaska, y alcanzó una altura de 500 km llevando una carga útil de prueba para la Fuerza Espacial de los EE.UU.

El LV0007 es un pequeño cohete desechable de dos etapas diseñado para el transporte de satélites al espacio y que puede llevar dentro de su carenado un peso de hasta media tonelada. Astra ya intentó en agosto de este año un lanzamiento similar, sin demasiado éxito. Uno de sus cinco motores se apagó a menos de un segundo de despegar y la compañía abortó la misión a los dos minutos y medio.

"El equipo ha trabajado muy duro en esto durante muchos años", comentó el director general de Astra, Chris Kemp durante una transmisión en directo tras el lanzamiento. "Tenemos los cohetes número ocho, nueve y diez en producción, así que solo estamos empezando".

Además de Astra, la ‘startup’ Rocket Lab puso la semana pasada dos satélites en órbita consiguiendo una altura de 430 kilómetros. Lo hizo con su cohete Electron, que tiene un altura de 15 metros y puede llevar cargas útiles de hasta 227 kg, menos de la mitad que el LV0007. 

Igual que el cohete de Astra también tiene dos etapas aunque la primera se puede recuperar. Los ‘boosters’ de los Electron que caen a la Tierra se recogen con un helicóptero, se inspeccionan, se reacondicionan sus propulsores y se llevan a la lanzadera listos para volver a despegar. Esta reutilización, igual que pasa con los cohetes de SpaceX, reduciría los costes de Rocket Lab y de sus clientes y permitiría a la empresa aumentar significativamente su ritmo de lanzamiento.

Nadie hace sombra a Elon Musk

Estos éxitos de Astra y Rocket Lab contrastan con los recientes fracasos de los gigantes de la aviación aeroespacial. Hace poco contábamos en Novaceno cómo la NASA ha tenido que echar mano de SpaceX para llevar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional después de que Boeing retrasara por enésima vez la salida de su Starliner por problemas de seguridad. 

Otro gigante, Lockheed Martin, también tiene problemas de seguridad con su nave Orión, la nave que dentro del programa Artemisa de la NASA nos llevará hasta la órbita de la Luna.

En cuanto al resto de compañías privadas que poseen sus propios cohetes, Blue Origin todavía no ha superado la rabieta de la sentencia que les dejó fuera del concurso por construir el ‘lander’ de la NASA que llevará al ser humano a la Luna de nuevo. Aunque sus últimos lanzamientos han estado acaparando titulares de los medios, los esfuerzos de la compañía de Jeff Bezos no dejan de ser una cara campaña de relaciones públicas pagada por todos los empleados de Amazon. 

No solo no son capaces de llevar sus naves a órbita sino que sus propios empleados han criticado el ambiente tóxico de la empresa y la falta de seguridad de su tecnología. Además, sus ingenieros más brillantes están empezando a abandonar el barco. Mala señal.

Virgin Orbit, la empresa del multimillonario Richard Branson, tras dos intentos fallidos consiguió hace poco con su misión 'Tubular Bells: Part 1' llevar dos pequeños satélites a 500 kilómetros de la superficie de la Tierra. El método que utilizan no es el habitual. Un Boeing 747 carga con el avión orbital LauncherOne debajo de su ala y lo suelta cuando ha alcanzado una altura suficiente. Entonces los motores del LauncherOne se encienden y la nave sube hasta la altura en la que tiene que soltar los satélites. 

Virgin Orbit tiene planeada para el año que viene una ambiciosa agenda de lanzamientos. "A medida que avancemos en el próximo año apretaremos el acelerador en nuestro equipo de producción principalmente para conseguir un mayor ritmo y aumentar al menos el doble de ese [ritmo de lanzamiento] en el 23", afirmó a Space.com el CEO de la compañía Dan Hart.

Tanto Virgin Orbit como Astra o Rocket Lab están lejos del poderío que muestra SpaceX y en la confianza que ponen sus clientes en sus viajes espaciales. Aun así no todo está decidido, cada vez hay más competencia y estaremos atentos para ver cómo evoluciona esta competición entre empresas privadas por hacerse con el dominio del tráfico comercial espacial.



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