Monitor Más Monitor
El futuro de la computación cuántica
Publicación:23-09-2023
TEMA: #Tecnologia
Para ver hasta dónde puede llegar la computación cuántica es necesario empezar por determinar qué mercado tiene.
Que la computación cuántica será uno de los ingredientes y tecnologías que servirán para resolver algunos de los problemas de computación más importantes del futuro no es, a estas alturas es algo que no se le escapa a nadie que tenga cierto conocimiento del panorama TI o de investigación en diversos campos. Pero ¿se quedará en algo experimental y será sobre todo ruido, o habrá alguien capaz de conseguir beneficios económicos de la computación cuántica?
Las dudas al respecto son muchas, y nada descabelladas. En principio. se trata de una tecnología que no se va a vender a gran escala. Tampoco es que sea precisamente económica. En el lado bueno, su coste, aunque elevado, será solo una parte de lo que valdrán las ventajas conseguidas gracias a la computación cuántica. Lo mismo que está sucediendo ya con la computación de alto rendimiento, que aporta muchos beneficios sobre todo en procesos de investigación. Eso sí, no es particularmente rentable. Ni en sus inicios ni ahora, varios años después de su explosión.
Eso sí, los cambios derivados de la explosión de la IA, con la inferencia y el entrenamiento de modelos a gran escala, pueden hacer que su situación dé un vuelco y mejore su rentabilidad. Las necesidades de computación de la Inteligencia Artificial pueden ser el ingrediente decisivo para ello. ¿Tendrá la computación cuántica un revulsivo similar en el futuro?
Para ver hasta dónde puede llegar la computación cuántica es necesario empezar por determinar qué mercado tiene. Según un informe publicado por IDC hace solo unas semanas, las ventas relacionadas con la computación cuántica alcanzaron los 1.100 millones de dólares en 2022, y crecerán con una tasa anual del 48,1% hasta alcanzar los 7.600 millones de dólares para 2027.
No parece una cantidad exagerada de dinero si se compara con otros sectores. Sobre todo si se tiene en cuenta los ingresos generados por las ventas de las máquinas encargadas de entrenar los modelos grandes de lenguaje de la IA. Y es precisamente la IA, y su cambio de rumbo hacia la Inteligencia Artificial generativa, lo que ha frenado la inversión en computación cuántica. Al menos, IDC la ha reducido ligeramente.
En su previsión anterior para este mercado, realizada en noviembre de 2021, proyectaba que el mercado de la computación cuántica crecería desde los 412 millones de dólares en 2021 hasta los 8.600 millones de dólares en 2023, con una tasa de crecimiento anual del 50,9%. No es tampoco un crecimiento mucho mayor, pero se trata de una rebaja notable para una de las tecnologías consideradas como el futuro de la computación a gran escala.
Sin duda, prever lo que sucederá en una ventana de seis años en cuando a inversión en una tecnología determinada es complicada, y es normal que en ocasiones las previsiones de ingresos por ventas mejoren o empeoren. Lo que ha pasado en este caso, básicamente, es que el nivel de inversión en tecnologías de computación cuántica durante los últimos años ha sido 20 veces superior en 2020 para quedarse en 10 veces en 2021, y bajar hasta un nivel que lo dobla ligeramente en 2027. Es una buena curva a evolución, pero muestra que los ingresos generados que se esperan para la computación cuántica no cubrirán los costes de inversión.
Esto sucede sobre todo cuando una tecnología está dando sus primeros pasos. También si se trata de una tecnología complicada que no tiene excesivas aplicaciones a nivel general. Lo que nos recuerda lo sucedido con la alta gama de la computación de alto rendimiento en las últimas décadas, que en gran cantidad de casos se ha utilizado en la gestión de armas nucleares y en asegurarse de que todavía funcionan. Si exceptuamos este caso, puede que la computación de alto rendimiento no fuese rentable en absoluto, a pesar de todo lo bueno que aporta al mundo en general.
Oliver Tonneay, socio de la inversora de capital riesgo Quanto Nation, que se dedica a invertir en proyectos de computación cuántica, hizo una presentación en el Foro de usuarios de HPC del año pasado, en la que mostró los diversos tipos de tecnologías de computación cuántica, y cuánto se invirtió en cada una en 2021 y 2022. En total, la inversión en 2022 fue en el sector de 1.350 millones de dólares. Notablemente, se invirtió más en Estados Unidos y Canadá que en Europa
El experto también mostró el nivel de inversión pública en computación cuántica en diversas regiones y países del mundo, y curiosamente, las entidades públicas invierten mucho más en computación cuántica en China y en la Unión Europea. China se está tomando muy en serio la computación cuántica, a juzgar por lo que invierte en ella. Eso no quiere decir que las inversiones sean siempre certeras o eficientes. Pero habitualmente el dinero es una de las mejores maneras de hacer progresar a una tecnología.
Hyperion Research, una compañía surgida de IDC y que compró una empresa China, aporta unas cifras todavía menos optimistas de ingresos. Según Nextplatform, se quedarían en 728 millones de dólares en 2023 y 888 millones de dólares en 2024. En cuanto al número de compañías dedicadas a la computación cuántica, donde más hay es en Estados Unidos, seguido por Reino Unido, China, Canadá, Alemania, Francia, Países Bajos, Australia y España. En décima posición esta Japón, al que siguen Irlanda, Finlandia y Austria.
Por modalidades, las empresas de computación cuántica utilizan sobre todo la superconducción, la fotónica, los iones prisioneros, el centrifugado, los átomos neutrales, el silicio, el sistema topológico, el templado cuántico y los qubits de giro fotónico. Según los datos del pasado otoño, además, había únicamente 44 proveedores de hardware de computación cuántica y una docena de métodos de generación de qubits diferentes.
Está por ver qué sucede con todo esto, si el de la computación cuántica es un mercado que se queda estancado, o si se da una combinación de factores que le hace crecer más de lo esperado en el futuro. Por ahora, su mejora es lenta y no está nada claro que llegue a ser una tecnología rentable, aunque sí sea beneficiosa en numerosos campos.
« Especial »