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Mufasa: El Rey León — Otra superproducción de Disney

Mufasa: El Rey León — Otra superproducción de Disney
Mufasa: El Rey León ya está disponible en los cines de Monterrey. Foto: Especial

Publicación:19-12-2024
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La nueva película de Disney ya está disponible en la cartelera de Monterrey

Con cada nuevo lanzamiento parece que la única intención que tiene Disney con sus adaptaciones Live Action es la de generar dinero a través de la nostalgia, principal moneda de cambio en la industria durante la última década. Toda gran inversión y parafernalia es para abarrotar las salas de cine y seguir produciendo secuelas y franquicias hasta el infinito.

Mediante algunos cambios en las historias y en las decisiones de sus personajes, las adaptaciones no desafían la figura de sus primeros héroes y heroínas, ya que significaría un riesgo para el negocio, por tanto, se concentran en mantener la "magia" de aquellas películas, estrenadas en un contexto muy diferente al actual.

Con "Mufasa", la más reciente película de este tipo, Disney trata de contar algo diferente yendo hacia atrás, mediante una precuela de un remake, producción estrenada en 2019 y que se encuentra en el Top 10 de cintas más taquilleras en la historia del cine. Ahora de la mano de Barry Jenkins, un cineasta que se caracteriza por la sutileza y humanidad expuestas dentro de su filmografía, compuesta por películas más independientes, distantes del cine hollywoodense.

"Mufasa" cuenta la historia de uno de los personajes más populares de Disney, sus inicios y cómo llegó a convertirse en el rey león. Las primeras escenas muestran a Simba encaminándose a encontrarse con Nala lejos de casa, así que el joven rey le pide a sus cuidadores, Timón y Pumba, estar al pendiente de su hija Kira en su ausencia. Al llegar con la pequeña heredera, una lluvia torrencial cae sobre el reino y los tres animales quedan presas del miedo hasta que llega Rafiki el sabio mandril que se encarga de calmarlos contándoles la historia de Mufasa, el abuelo que Kira admira, pero que no alcanzó a conocer. 

La historia de Mufasa comienza con una familia en busca de Milele, un paraíso cercano en el que hay agua y vida en abundancia, lejos del yermo, donde los animales conviven como hermanos y se cuidan los unos a los otros. Luego de uno de varios números musicales, Mufasa pierde a sus padres y conoce a Taka, el príncipe heredero cuyo padre desprecia a nuestro protagonista por ser "de fuera". La relación entre los dos cachorros es amistosa, ya que ambos siempre soñaron con tener un hermano. 

Sin embargo, los orígenes de Mufasa lo vuelven un león indeseable para el rey, así que crece junto a las hembras, consiguiendo una madre adoptiva en Eshe, la mamá de Taka. Diferente al monarca, ella le enseña a cazar y a sentir lo que ve, dotándolo de talentos ajenos al resto de leones. De esta manera, los hermanastros crecen juntos, pero distantes; Taka está preparándose para reinar, sin embargo, nunca ha cazado o comandando, acciones que Mufasa va dominando conforme pasan los años. Cuando otro grupo de leones acecha a la manada, Mufasa y Taka son enviados en busca de Melele, emprendiendo un viaje repleto de aventuras y chistes de golpe. 

El primer problema de Mufasa es que modifica los orígenes de los hermanos, ya que no están hermanados por sangre, situación que echa por tierra el odio que fue creciendo dentro de Scar, pero esto no es un obstáculo por el cambio a la historia original sino porque le resta conflictos a la aventura. Además, las intermisiones de Rafiki, Timón y Pumba sirven para contar chistes y poco más, bromas acerca del mundo real que generan disrupción con la historia que se está viendo en pantalla. 

Sumándole las canciones hechas por el talento de Lin-Manuel Miranda, los chistes y el ritmo apresurado, la cinta no tiene espacio para ahondar en sus personajes y matizar sus identidades. Parece que ni Jenkins ha sido capaz de librar las restricciones creativas de Disney y sólo puede entregar una encomienda más: la continuación de una exitosa película que sirve para encaminar todavía más producciones fotorrealistas. 

La mano del cineasta se nota en los planos generales, en secuencias que contrastan entre sí para mostrar el crecimiento de Mufasa y su viaje hacia este nuevo reino. Sabiendo que las animaciones nunca se verán como la percepción de nuestros ojos, Jenkins enfoca la cámara en la mirada de los animales por unos cuantos segundos antes de cortar, a fin de que sus gestos no pasen a ser incómodos para la vista del público. 

Pese a los pocos momentos de autenticidad, Mufasa padece dos de los grandes males que arrastran las más recientes películas de Disney: la nostalgia y la falta de drama. El primero se ve desde que Taka le encaja sus garras a Mufasa para salvarlo de morir en un lago, gesto que recuerda aquella icónica escena de la original. El segundo se nota porque no hay puntos bajos o situaciones que enfrenten a sus protagonistas. La muerte de un ser querido se ve superada por una canción, una broma o un par de palabras de aliento. La ausencia de conflictos no permiten que el protagonista crezca naturalmente y la audiencia no se pueda identificar lo suficiente, quedando en una superproducción más de Disney con el único fin de llenar sus bolsillos.

Tristemente, ni el talento de un cineasta como Barry Jenkins puede escapar del protocolo y la estandarización de la gigantesca casa productora, misma que ha optado por revivir sus clásicos, trastocarlos y abollarlos año con año.

Mufasa: El Rey León ya está disponible en la cartelera de Monterrey.

Director: Barry Jenkins

Reparto: Aaron Pierre, Kelvin Harrison Jr, Tiffany Boone, Kagiso Lediga, Mads Mikkelsen, John Kani



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