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Tu nombre chino

Tu nombre chino


Publicación:08-07-2023
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Aspecto que fortalece la prosa de Juan Esmerio, es el contexto histórico de China a finales del siglo XIX y principios del XX

"Donde haya río, mar y oro para todo, habrá chinos", señala Juan Esmerio en Tu nombre chino, novela publicada por Nitro/Press, en febrero de 2018 en México. Es probable que China sea el país más extendido en el mundo, un país más allá de sus fronteras. Como usted habrá notado, los japoneses llegan y toman fotos, los chinos instalan tiendas donde venden de todo a precios bajos y donde si les venden oro, lo compran. Un caso de esta diáspora, pero de 1906, es la que cuenta el autor de esta novela, en que la imaginación y la historia se dan la mano para hacernos comprender este fenómeno con León Chucuán, un joven que llega de China a Mazatlán Sinaloa y aprende a escuchar, "la melodía de las arenas" en los ojos de una mujer hermosa.

Juan Esmerio nació en Mazatlán Sinaloa, México, en 1965. Con un estilo sosegado, narra una historia de chinos que mantienen a toda costa elementos significativos de su cultura. Comida, medicina tradicional, hombres con pelo largo recogido en cola, música y esa capacidad de trabajar hasta veinte horas sin pensar en descansar. Desde luego, en algún momento revela la presencia de un fumadero de opio. La novela inicia con la llegada de León al puerto. El señor Chang le pagó el viaje en una bodega, costo que deberá devengar con trabajo en una posada y un restaurant. Su encuentro con la vida cotidiana es inmediato y tiene claro que debe adaptarse, aprender el idioma. En una noche de luna, en la playa, conoce a Hortensia Nava, con la que se casará. Una boda muy especial que prefiero que usted descubra, lo mismo que el oficio de la joven.

Querer una ciudad es describirla luminosa, y es algo que usted notará en cada página. Son notables la plazuela Machado, uno de los lugares más queridos por los mazatlecos, los cerros del Vigía, de la Nevería; la isla del Crestón, Olas Altas, la cerveza alemana, el mercado, las tiendas, los pescadores, el humor playero y el carácter indomable de un pueblo que aprendió a vivir muy pronto con sus propios recursos. León trabaja intensamente, primero con el señor Chang y luego con el boticario Chen. Ambos le toman cariño y junto con los remeros Tirso y Santiago, le harán ver que no está solo. La amistad es un cordón que puede atar un millón de personas. Dentro de su alimentación, me dicen que los chinos jamás dejan fuera los afrodisiacos; así que busque usted la sopa de holoturias y veamos si nos funciona, algo que consumen en el país más poblado del mundo. Detalle que me llamó la atención es una fábrica de habanos en Mazatlán. Recordé que en Nayarit, en su momento, se cultivaba tabaco.

Aspecto que fortalece la prosa de Juan Esmerio, es el contexto histórico de China a finales del siglo XIX y principios del XX. Más allá de la nóbel norteamericana Pearl S. Buck, que nos contó la lacerante miseria de ese país, el mexicano nos entrega una novela donde el esfuerzo es la divisa de un pueblo que pronto será el más poderoso del siglo XXI. Con suavidad extrema, Esmerio lleva a sus personajes de un pensamiento a otro, de un misterio a otro; sin embargo, deja clara la integración de un pueblo con la naturaleza, con sus creencias religiosas y con sus milenarias tradiciones que incluyen la escritura múltiple de la vida y claro, de los nombres. La pandemia nos ocultó Tu nombre chino, novela de una atractiva portada; pero ya puede estar ante sus ojos y alimentar el gran placer por la lectura que crece en el verano. Todo me dice que les gustará.



« Elmer Mendoza »