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Mardonio Carballo, no somos dueños de la vida...

Mardonio Carballo, no somos dueños de la vida...
El poeta también relata que, quizá después de esta crisis, se tenga mucho más claro que el estar con alguien siempre será más importante que estar solo

Publicación:04-04-2020
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El papel secundario de la humanidad frente a la naturaleza

México.— Entender de una vez por todas que la especie humana no es más que una parte pequeñísima de la vida, que la especie humana no es más poderosa que un virus invisible, son algunas de las consecuencias existenciales que puede generar la pandemia que tiene en estos momentos encerrados a millones de humanos en sus propias casas, reflexionó el poeta Mardonio Carballo (Veracruz, 1974).

      En entrevista con Notimex, el también nahuahablante y periodista mexicano, expresó: “Yo puedo pensar, como escritor, que esto es un llamado mucho más profundo, un llamado de la Tierra. Siempre me ha parecido muy soberbio cuando decimos que salvaremos a la Tierra; está visto que ella, con una pequeña sacudida de hombros, puede, rápidamente, deshacerse de nosotros”.

      Carballo también comenta que debemos pensar esta crisis como un llamamiento de la naturaleza, con la finalidad de hacer conciencia de lo que estamos haciendo con ella: “gracias al encierro humano, ya se aprecian aves y ballenas donde antes no se veían; incluso, empresas de Internet hicieron una toma fotográfica del mundo y ya todos nos dimos cuenta cómo bajó la contaminación sin la presencia humana”.

      “Por eso, esta emergencia nos obliga a los seres humanos a reflexionar sobre la vida. Esto es un llamado a dejar de sentirnos el ombligo del mundo, el ombligo de la vida; me parece que hay otros seres vivos e incluso los seres microscópicos, invisibles que en este instante nos están haciendo la vida de cuadritos” .

      El autor de los libros intitulados Xolo (2012) y Las Plumas de la Serpiente (2013), también asume que debemos aprender a leer el lenguaje de las flores, el lenguaje de los animales, porque en general la sociedad occidental sólo está concentrada en crear más dinero, en producir todo el tiempo: “se nos vende un futuro grandioso cuando al fin de la historia, lo que estamos viendo es un simple virus que está matando a la gente”.

      Y por eso, el poeta piensa que esta crisis sanitaria mundial no es otra cosa que “un grito de la Tierra para que la especie humana sea más justa, más equitativa, más comprensiva; con la posibilidad de usar el pensamiento y no sentirnos el ombligo de la vida, porque la vida es todo lo que nos rodea, no sólo la especie humana”.

La casa tomada

En este sentido, Mardonio Carballo piensa que esta contingencia global es una buena oportunidad para reflexionar por qué, de un momento a otro, están las calles vacías, llenas de soledad; los trabajos sin empleados, los transportes vacíos, los abrazos, los besos y los amores ausentes; y por eso, dice:

      “Este es un llamado importante, pienso que el ser humano, si bien no termina de comprender lo que sucede a su alrededor, sí tiene las herramientas para poder escuchar a la Naturaleza, para poder darse cuenta de la fragilidad, de la insignificancia, de lo indefenso y lo terriblemente vulnerable de nuestra especie.

      “Con esta arremetida de la muerte, nos damos cuenta de lo necesario de un abrazo; de lo necesario que es ver, sentir, escuchar a tu familia, a tu amigo, a tu amor; surge la necesidad de estar juntos porque el amor es la única puerta que tenemos los humanos para tener una vida plena, alegre y digna”.

      El poeta también relata que, quizá después de esta crisis, se tenga mucho más claro que el estar con alguien siempre será más importante que estar solo; todo lo contrario de lo que enarbola el individualismo capitalista, porque la vida siempre será un proceso colectivo:

      “Veremos iniciativas de muchas personas de todas las partes del mundo; artistas, campesinos, científicos… porque en una crisis es cuando la gente empieza a florecer, donde aparece esa sensación de 'si no hago algo por el otro, no estoy haciendo algo por mí...'. Los resultados poco a poco los empezaremos a ver”. 

      Y por eso, el escritor nacido durante el año 1974 en Chicontepec, Veracruz, concluye: “si en este momento de la historia no entendemos que la vida no nos pertenece y que sólo somos una pequeña parte de la naturaleza; la muerte, poco a poco, hará que la especie humana, como en el cuento 'Casa tomada', de Julio Cortázar, se amedrente y viva entre las paredes del miedo.



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