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Beber agua de lluvia no es seguro

Beber agua de lluvia no es seguro
Aunque no solemos beber el agua de lluvia, esta alimenta las fuentes de agua de las que dependemos.

Publicación:19-08-2022
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El agua de lluvia en cualquier parte del mundo contiene sustancias perjudiciales que se relacionan con el cáncer y la infertilidad, según académicos suecos

Estocolmo, Suecia.- El agua de lluvia de casi toda la Tierra contiene niveles peligrosos de "sustancias químicas eternas", según una nueva investigación del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Estocolmo

Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoradas (PFAS, por sus siglas en inglés) son una gran familia de productos químicos fabricados por el hombre que no se encuentran en la naturaleza. Se las conoce como "sustancias químicas eternas" porque no se descomponen en el medio ambiente.

Tienen propiedades antiadherentes o repelentes de manchas, por lo que pueden encontrarse en artículos domésticos como envases de alimentos, productos electrónicos, cosméticos y utensilios de cocina.

Los niveles de seguridad de algunas de estas sustancias químicas eternas se han reducido drásticamente en las últimas dos décadas, debido a la nueva información sobre su toxicidad.

"En los últimos 20 años se ha producido un asombroso descenso de los valores de referencia de los PFAS en el agua potable", afirma Ian Cousins, autor principal del estudio y profesor del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Estocolmo.

Para una de las sustancias más conocidas, el "ácido perfluorooctanoico (PFOA)", causante de cáncer, los valores de referencia del agua se han disminuido en 37.5 millones de veces en Estados Unidos.

Según las últimas directrices de EE.UU. sobre el PFOA en el agua potable, el agua de lluvia de todo el mundo se consideraría insegura para beber.

Los riesgos para la salud al exponerse a estas sustancias han sido ampliamente investigados. Los científicos afirman que podrían estar relacionadas con problemas de fertilidad, mayor riesgo de cáncer y retrasos en el desarrollo de los niños.

Sin embargo, otros afirman que no se puede demostrar la existencia de una relación de causa y efecto entre estas sustancias químicas y los problemas de salud.

Aunque no solemos beber el agua de lluvia, esta alimenta las fuentes de agua de las que dependemos.

A pesar de ello, y a raíz de esta nueva investigación, algunos piden restricciones más estrictas para los PFAS.

"No puede ser que unos pocos se beneficien económicredamente mientras contaminan el agua potable de otros millones de personas y causan graves problemas de salud", afirma la doctora Jane Muncke, directora general de la Fundación de Envases de Alimentos de Zúrich, que no participó en el estudio.



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