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Opinión Editorial


Metamorfosis


Publicación:24-04-2023
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Hay lecturas que, a la primera, nos parecen en sobremanera.

Hay lecturas que, a la primera, nos parecen en sobremanera, absurdas. En mi cerebro infantil no podía concebir que un ser humano pudiera trotar por los planetas y encontrarse con toda clase de personajes ¿De qué vivían? ¿qué comían si a duras penas cabían en los asteroides? Fue que, al crecer, en una segunda lectura, comprendí todo lo que había tras esta historia que ha sido de las más traducidas y que ya cumple 80 años de éxito: El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

Lo mismo me pasó con "Metamorfosis", de Kafka ¿Cómo es que una persona puede convertirse de la noche a la mañana en tremendo escarabajo? ¡qué asco! Pero de tan nauseabunda imagen, fui transformando mi emoción en empatía y hasta cierto grado, reconocerme un poco en Gregorio Samsa.

Así, página por página, podría referirme a cada obra de la literatura universal que ha dejado huella en mí. Esto lo traigo a colación por el Día Mundial del libro y Derecho de Autor que se celebró el 23 de abril, la cual nace en España y proclamada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 1995; es una fecha simbólica que coincide con la desaparición de los escritores William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega.

Leyendo nos volvemos andantes, princesas (o príncipes o villanos), personas empoderadas, damos rienda suelta a una emoción, asumimos posturas, fe o ideologías; las posibilidades son infinitas y en un mundo donde no todos tienen acceso a un libro o a la educación, vaya si es importante generar el hábito de la lectura.

Tantos autores y autoras tan maravillosos cuya misión es abrirnos la mente y en sitios como Florida, en Estados Unidos, se dan el lujo de poner restricciones y literalmente hay más de 300 escuelas donde los libros se esconden para los estudiantes con la finalidad de censurar temas como la equidad y la sexualidad.

Parecen mundos tan opuestos, y quizá lo sean, pero ¿qué hace diferente a Florida de lo que pasa en el mundo musulmán o a lo que se ha cometido en China o en la Alemania nazi donde se destruyen, queman o esconden libros? Para fines prácticos, el objetivo es censurar, es generar una visión parcial de las cosas o de la fantasía.

Al no tener acceso a los libros ¿qué nos queda? ¿navegar en la web para cruzarnos con temas sobre armas, crimen, odio, fake news?

Tal y como dice la UNESCO, al defender un libro, promovemos la defensa de la educción, la alfabetización, la propagación de conocimiento, la creatividad.

El INEGI reseña que este 2023 cayó a 3.4 el promedio de libros leídos por los mexicanos contra los 3.9 de 2022; y respecto a la población lectora, en 2016 la muestra del Instituto decía que el 80.8 por ciento eran personas lectoras; ahora es del 68.2 por ciento, lo que significa que cayó 12.3 por ciento.

Lejos de posturas como la del talibán o el sistema educativo de Florida, lo que el mundo necesita es promover la lectura; nunca sabremos qué personas encontrarán inspiración para transformarse en nuevos genios, en seres humanos con calidez, con ideas nuevas para hacer del mundo, un lugar mejor para vivir.




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