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Opinión Columna


AMLO y sus malquerientes


Publicación:28-12-2018
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La tónica es clara: se ha optado desde el gobierno para favorecer a los mexicanos más pobres, a los olvidados, a quienes están alejados de las esferas

Si bien es cierto que todo gobernante se echa alacranes a la bolsa cuando se sienta en alguna silla de poder, con águila o sin ella, también es cierto que con el paso de los días mengua, porque de alguna manera u otra se alcanza alguna rebanada del pastel. O cualquier otro tranquilizante o estímulo con o sin factura.


Pero en el caso de Andrés Manuel López Obrador, una vez ungido presidente de la república no sucede así, porque ese tipo de pastel no cabe dentro de sus razonamientos epistemológicos, pero sobre todo, dentro de su moral. Así que quienes estaban acostumbrados a disfrutar de las mieles del poder ya no podrán delectarse en este nuevo periodo presidencial que se establece precisamente en contra de este tipo de intereses o actitudes.


No es de extrañar entonces que todo lo que suceda en la fiesta el culpable va a ser AMLO, como se puede apreciar con el recientemente trágico accidente aéreo en que murieron la recién estrenada gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso y su esposo el senador Rafael Moreno Valle, de triste estirpe, además de otros acompañantes. Tírenle a AMLO. Sólo porque dijo en su momento que no visitaría en días recientes Puebla debido a lo desaseado del proceso electoral.


Y todo es eso es azuzado por el periodista que ya derrumbó sus propios límites de objetividad, Ricardo Alemán, que un día sí y otro también, incita a la hoguera. Qué puede esperarse si ya pidió, más allá de cualquier terreno periodístico, la muerte para AMLO. En mi carrera de periodista, no tan corta, nunca había visto algo similar. Hay antipatías sí, pero hasta ahí. Y simpatías.


Total que no es otra cosa más que la resistencia de los intereses creados, de los grandes intereses, y del uso de corifeos y arlequines, para ir mellando poco a poco a poco (o quizá rápido y es mejor) la institución de un nuevo gobierno que se ha alzado precisamente en contra de esos privilegios.


La tónica es clara: se ha optado desde el gobierno para favorecer a los mexicanos más pobres, a los olvidados, a quienes están alejados de las esferas mínimas de poder, a quienes se les ha vejado y silenciado la voz. El gobierno de México ha sido constituido para ellos. Y eso duele, no a la mayoría de los mexicanos sino a una minoría rapaz y abusiva que se cree dueña de vidas y haciendas. Y de tipos como el mencionado Alemán, lacayo de esa minoría.


Y desde luego de los agentes del poder, gobernadores, alcaldes que, pertenecientes a oros partidos, no pisan suelo comprendiendo la nueva realidad del país, y suman esfuerzos en contra, demostrando lo siempre dicho: sirven más a las cotas de poder y a sus partidos e intereses personales que a los ciudadanos. Quieren seguir con eso. Pero se están colocando los candados necesarios para que eso no suceda.


Obviamente AMLO no está solo, porque además de su equipo y de quienes se acercaron a él en busca de puesto y quizá de servir, y de donde sin duda saldrá algún traidor, están los millones y millones de mexicanos, depauperados o no, que votaron por él y siguen con él.

 

 

 



« Redacción »