La NASA muestra por primera vez el X-59

El X-59 de la NASA por fin ha tenido su ceremonia de presentación oficial. El avión supersónico silencioso desarrollado por la agencia especial de Estados Unidos se ha mostrado al público por primera vez, después de años de conocerlo solo por renders o interpretaciones artísticas.

En las instalaciones de Skunk Works, la división de proyectos secretos de Lockheed Martin ubicada en Palmdale, California, la NASA acaba de ofrecer el primer vistazo al X-59 completamente ensamblado y luciendo su esquema de colores definitivo. Según explicaron los responsables del proyecto, las labores de pintura se realizaron en noviembre de 2023.

Una vez completadas, los ingenieros a cargo de la aeronave tomaron las medidas finales de su diseño exacto y su peso. Esto ayudará a optimizar el modelado por computadora, de cara a las pruebas de vuelo y las modificaciones que se puedan implementar en el futuro.

Es que, después de todo, el X-59 de la NASA es un avión supersónico experimental y todavía tiene mucho camino por recorrer. La intención es que la aeronave concrete su primer vuelo este mismo año, en tanto que el programa Quesst se extenderá hasta 2027.

"Esta es la gran revelación. La presentación es un gran hito para lograr el objetivo general de la misión Quesst de silenciar el boom sónico", aseguró Catherine Bahm, supervisora de la NASA a cargo del proyecto de desarrollo y la fabricación del X-59.

NASA X-59: en busca del vuelo supersónico silencioso

Cuando la NASA presentó los primeros artes conceptuales del X-59, pudimos apreciar un diseño futurista y muy peculiar, que ahora se ha trasladado a una aeronave real. El avión supersónico experimental destaca no solo por su fuselaje angosto, sino también por su larga nariz. De hecho, la cabina se encuentra bastante más alejada del morro que en cualquier otra aeronave supersónica —comercial o militar— antes construida.

Como se trata de un proyecto liderado por la NASA, el X-59 presume un diseño con un esquema de colores dominado por el blanco. La parte inferior de la aeronave está pintada de "azul sónico", mientras que sobre las alas se han añadido algunas líneas rojas. Según explicó la agencia especial norteamericana, la pintura no solo sirve a fines estéticos, sino que está especialmente preparada para evitar posibles daños por corrosión o humedad.

Ahora que el X-59 se ha presentado oficialmente ante el público, se iniciarán los pasos decisivos para que la NASA pueda volarlo en Estados Unidos. El proyecto Quesst aspira a eliminar el tradicional boom sónico, el explosivo sonido que se genera cuando las ondas de choque de un artefacto viajando por el aire a una velocidad superior a la del sonido se fusionan antes de llegar al suelo.

Según NASA, el diseño y la tecnología del X-59 pueden eliminar ese molesto ruido y reemplazarlo por un "golpe sónico" mucho menos perceptible. Según Lockheed Martin, el ruido es casi tan fuerte como el de la puerta de un coche al cerrarse.

Durante el desarrollo de la aeronave se han realizado múltiples pruebas en un túnel de viento usando una versión a escala del avión supersónico experimental. Sin embargo, el momento de la verdad será cuando la aeronave comience sus tests en el mundo real.

La NASA elegirá varios pueblos y ciudades de EE. UU. y volará sobre ellos a gran altura y velocidad para determinar qué tan perceptible es el "golpe sónico" del X-59. La agencia espacial no se limitará a recabar información del funcionamiento del avión. También analizará la respuesta del público al ruido generado por este durante el vuelo supersónico.

La intención de los líderes de la misión es presentar todos los datos recabados a los reguladores de Estados Unidos. La NASA confía que, de la mano del X-59, podrán obtener lo necesario para lograr que las autoridades tomen medidas que suspendan la prohibición a los vuelos comerciales supersónicos sobre áreas pobladas.

Recordemos que este fue uno de los motivos que impidió la expansión del Concorde. La aeronave de British Airways y Air France tenía prohibido volar a velocidades supersónicas sobre territorio continental estadounidense, debido a las quejas provocadas por su boom sónico. Esto obligaba a que el avión solo pudiera superar la velocidad del sonido cuando viajaba sobre el Océano Atlántico, al unir París o Londres con Nueva York.