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El Galaxy Z TriFold se rompe en una prueba de resistencia
Publicación:27-12-2025
TEMA: #Smartphones
Hablar del Galaxy Z TriFold es hablar de una apuesta que empuja los límites del diseño móvil actual. Samsung lleva años marcando el ritmo en el terreno de los plegables y, con este modelo de doble pliegue, ha querido ir un paso más allá, ofreciendo un dispositivo que combina portabilidad y una superficie de pantalla inédita en un smartphone. Como ocurre siempre que se exploran formatos nuevos, la pregunta sobre la durabilidad no tarda en aparecer, y en este caso ha llegado de la mano de una prueba extrema que no ha dejado indiferente a nadie.
El dispositivo ha sido sometido recientemente a uno de los tests de resistencia más conocidos del sector, una prueba que no busca reproducir un uso cotidiano, sino forzar los límites físicos del terminal. En este caso, el Galaxy Z TriFold fue doblado deliberadamente en la dirección inversa a la que están diseñadas sus bisagras, una situación antinatural que somete a la estructura a tensiones para las que no está pensada en condiciones normales. El resultado fue una rotura catastrófica, algo inédito hasta ahora en los plegables recientes de la marca bajo este tipo de pruebas.
Lo ocurrido pone el foco en la complejidad estructural del diseño de doble plegado. A diferencia de un plegable tradicional, aquí entran en juego dos bisagras y varios paneles que deben repartirse las tensiones de forma uniforme. Durante la prueba, fueron precisamente esos puntos los que mostraron mayor debilidad, con los paneles traseros de plástico fino cediendo ante la presión y sin aportar el refuerzo necesario para mantener la integridad del conjunto cuando se aplica una fuerza contraria al sentido natural de plegado.
La cuestión de la durabilidad cobra aún más relevancia si se comparan las cifras oficiales. Samsung indica que el Galaxy Z TriFold está preparado para soportar hasta 200.000 ciclos de apertura y cierre, una cifra notable, pero inferior a la que la propia compañía ha manejado en otros modelos plegables más convencionales. A esto se suman pruebas independientes que apuntan a signos de desgaste prematuro en la bisagra tras decenas de miles de pliegues, con ruidos y resistencias anómalas antes de que se produzca un fallo completo.
Conviene, eso sí, contextualizar el producto. El Galaxy Z TriFold es un terminal comercial, con un público claramente definido y una disponibilidad limitada, no un simple experimento de laboratorio. No es tampoco el primer smartphone de triple plegado que llega al mercado, aunque sí representa la propuesta más ambiciosa de Samsung en este terreno. Su diseño busca ofrecer una experiencia diferencial, y eso implica aceptar compromisos que no están presentes en formatos más maduros.
La prueba de resistencia no invalida el dispositivo ni cuestiona su uso en condiciones normales, pero sí actúa como una radiografía honesta del estado actual de este tipo de diseños. Forzar el teléfono en sentido inverso al de sus bisagras revela hasta dónde llegan hoy los materiales y las soluciones de ingeniería disponibles cuando se añade un tercer segmento plegable a la ecuación, y muestra que todavía hay mucho margen de mejora en términos de refuerzo estructural.
Al final, el Galaxy Z TriFold plantea un debate interesante que va más allá de un vídeo viral. Ofrece una experiencia única, pero también deja claro que el doble plegado sigue siendo un formato exigente, con limitaciones que cada usuario deberá valorar. Con todos los datos sobre la mesa, será cada cual quien decida si el atractivo de esta propuesta compensa los compromisos que implica, algo que, como suele ocurrir con la innovación más avanzada, depende tanto de la tecnología como de las expectativas de quien la adopta.
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