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Reclaman en EU apoyo legal y médico para cambio de sexo
Publicación:31-12-2022
TEMA: #Cambio de sexo
Del 2 mil al 2 mil 14 se hicieron 4,118 procedimientos y van a la alza.
En Estados Unidos se han incrementado el promedio anual de cirugías de cambio de sexo y los expertos recomiendan que las personas inicien con un siquiatra o sicólogo, según sea el caso, además de tener apoyo legal para que los derechos se respeten.
A LA ALZA
La Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Harvard llevaron a cabo, en 2018, el primer estudio para saber cuántas de estas operaciones están registradas de ma-nera oficial en el National In- patient Sample (Muestra Nacional de Pacientes Hospitalizados), y encontraron que entre 2000 y 2014 hubo 4 mil 118 procedi- mientos de este tipo y conclu- yeron que en la actualidad se ha incrementado el promedio anual.
En Estados Unidos, alrededor de 15 estados han comenzado a poner restricciones para quienes deseen practicarse un cambio de sexo. Para miles de personas en EU, dependiendo de la política, hay mayores o menores apoyos o restricciones para atender a la población que necesita recibir atención sicológica y transformar su físico.
Desde el gobierno de Barack Obama, las comunidades gay comenzaron a recibir mayores apoyos. En la actualidad hay varias aseguradoras médicas res- paldadas por el gobierno federal que incluyen este tipo de terapias.
También las Fuerzas Armadas respaldan y dan apoyo médico y sicológico a militares que desean llevar a cabo un cambio de sexo o recibir algún tipo de terapia de esta naturaleza. Igual sucede con un centenar de universidades, auspiciadas con recursos gubernamentales, que dan el mismo apoyo a estudiantes que lo soliciten.
EL CAMINO A SEGUIR
Las terapias recomendadas por los especialistas para un cambio de sexo en EU deben comenzar con un sicólogo o siquiatra, de acuerdo con la Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés) y debe entenderse públicamente que el deseo o la decisión de cambiar de sexo física y sicológicamente no es una enfermedad. A este sentimiento o deseo emocional de necesitar ser del otro género humano, del que físicamente no se es, se le llama medicamente trastorno de identidad de sexo o disforia de género. Esta situación inicia en casi todos los casos en la adolescencia o preadolescencia.
"Estos jóvenes al estar aún en el proceso de maduración como personas deben ser guiados no sólo en lo médico, también en lo legal para que sus derechos sean respetados y atendidos plenamente", señala a EL UNIVERSAL una vocera de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés). "El apoyo y el poder afirmar el género de cada joven salva vidas (...) hay estudios muy serios de profesionales de la salud que trabajan todos los días con jóvenes trans y lo confirman".
"Muchas personas son discriminadas, criticadas, agredidas, insultadas y por supuesto incomprendidas por esta situación de sentirse de otro género (...) lo cual es inaceptable; nadie merece un maltrato por su decisión de identidad de género", comenta a este medio el doctor Enrique Martínez, asesor médico en EU.
De la mano de una primera atención sicológica, donde la participación de los padres o del tutor es extremadamente relevante, se tiene que llegar a una decisión para saber cuál es el siguiente paso. Normalmente el joven o la joven deciden si quieren comenzar su transformación, es la decisión más delicada y debe estar avalada por su representante legal, porque una vez terminada la primera fase del ciclo sicológico, inicia paralelamente la fase de transformación física, la cual llevará años.
Es muy importante distinguir que los tratamientos para la disforia de género son diferentes, de acuerdo con la edad y la etapa en que vaya el desarrollo del menor. De acuerdo con la Endocrine Society de EU (Sociedad de Endocrinólogos), cuando aún no se ha completado la pubertad, se va deteniendo el desarrollo físico de identidad sexual a través de fármacos controlados y vigilados. Una vez que se llega a los 16 años, se comienzan a utilizar hormonas sexuales y de esta manera se empiezan a inducir las características iniciales del sexo opuesto.
Una vez cumplidos los 18 años, se llevan a cabo los tratamientos definitorios para mantener una terapia hormonal. "En el proceso, mantener el acompañamiento sicológico es de suma importancia", dice el médico Enrique Martínez. "Llegará un momento en el que el paciente deberá decidir si quiere someterse a una cirugía que complete su apariencia".
Los procesos de transformación que vive cada persona que decide cambiar de sexo tienen que ver con tres puntos fundamentales, señala la AMA. La identidad de género, que es esa visión íntima y muy personal de sentirse hombre o mujer o incluso una forma distinta que no tenga que ver con lo masculino o femenino. La orientación sexual, que tiene que ver con el formato individual de cada uno para sentir una atracción física y emocional y sexual hacia otra persona. Y el rol de género, que tiene que ver con la personalidad, el comportamiento y las actitudes dentro de la sociedad donde se desarrolla y la manera como se interpreta lo masculino y lo femenino.
Si el paciente decide llevar a cabo una transformación física que lo ayude a mejorar su apariencia masculina o femenina, según sea el caso, tendrá que someterse a cirugías plásticas. De acuerdo con diversos especialistas en sicología sexual y sexología, hay un error común que se comete en un alto porcentaje de quienes juzgan a los hombres y mujeres que deciden cambiar de sexo: no se trata de una preferencia sexual en función de la acción física, sino de una preferencia de género en función de cómo sienten y cómo piensan.
"Desde que era muy joven sabía que yo no era un hombre, aunque el cuerpo en el que nací es masculino, desde adolescente me sentía mujer y no se trata de que quisiera sexo con hombres; se trataba de buscar la manera de poder ser mujer y tramitar legalmente mi identidad de género como mujer", señala a EL UNIVERSAL Chrishel Vega-Moeller, mexicana de 34 años, quien fue traída a Estados Unidos como un niño cuando tenía un año y quien desde enero de 2022 cuenta con su acta de nacimiento que la acredita con el género femenino y su nombre actual.
"Más allá del debate de si se nace hombre o mujer en todos los sentidos de una persona, el punto fundamental (...) es tener o no el derecho de poder ser lo que uno sienta ser", comenta Martínez. "Este país es mayoritariamente progresista en ese sentido, basado en los derechos de cada persona y sus libertades individuales".
OTRAS IDENTIDADES SEXUALES
También hay otras identidades sexuales. Una es la denominada intersexual, definida como el tercer género humano, donde la persona no se reconoce como hombre ni como mujer; simplemente como alguien. Nueva York ya entregó el primer certificado bajo éste a Sara Kelly Keenan, de 60 años. Otro género es el no binario, quienes no se sienten necesariamente conforme con una identidad de género masculina o femenina, o se relacionan con elementos de ambas, o con ninguna.
« El Universal »