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Miguel Bosé le tenía pánico a su papá

Miguel Bosé le tenía pánico a su papá


Publicación:09-11-2021
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Bosé asegura que a su mamá no le cabía en la cabeza que su papá, siendo una figura internacional, fuera tan poco evolucionado en ciertos temas básicos.

La malaria fue una de las "desgraciadas herencias" que Miguel Bosé recibió de su papá, el famoso torero Luis Miguel Dominguín, quien recién cumplidos 10 años lo llevó a un safari por Mozambique sin administrarle quinina (medicina contra la enfermedad), un viaje que planeó alarmado porque leía mucho: "el niño va a ser gay".

Así lo cuenta Miguel Bosé en El hijo del capitán trueno, el libro de memorias del artista que llegará a las librerías el próximo 10 de noviembre y de las que la editorial Espasa adelantó un extracto este viernes, un capítulo en el que explica el pánico que le tenía a su papá.

"Lucía, me han dicho que el niño lee, que lee mucho, sin parar", recuerda que le dijo su papá a su mamá, la artista italiana Lucía Bosé, cuando Miguel tenía nueve años: "y mi madre le preguntó que cuál era el problema con que yo leyese y él contestó: ¡Maricón, Lucía, el niño va a ser maricón!", escribió el cantante.

Bosé asegura que a su mamá no le cabía en la cabeza que su papá, siendo una figura internacional "y de formas exquisitas, fuera tan poco evolucionado en ciertos temas básicos muy vitales. Le parecía retrógrado y muy paleto, sin hablar de lo machista".

Y se dispuso, en contra del criterio de su mamá, a llevarlo a Mozambique a un safari, que emprendieron a mediados de junio de 1966, cuando el niño tenía 10 años recién cumplidos. Y recuerda que nunca le dio las pastillas de quinina que el médico de la familia le había dicho que tenía que tomar ya que Miguel podía morir si enfermaba de paludismo.

Y sí, ocurrió, recuerda Miguel Bosé, en el mes en el que estuvieron en tres campamentos en Mozambique, donde relata cómo enfermó gravemente, un viaje que el famoso torero inició intentando que al niño lo "iniciase en la hombría" una chica de 16 años, lo que otro de los acompañantes impidió.

Y rememora cómo se desmayaba durante las marchas y su papá lo amenazaba con darle un golpe por "nenaza": en ese instante "me rendí para siempre. Entendí que nunca conseguiría estar a la altura de sus expectativas", relata Bosé, quien agrega que a partir de entonces le tuvo "pánico" y que finalizó el viaje pesando menos de 15 kilos.

Su mamá echó a su papá de casa "nada más llegar de África y le dijo que no quería verlo en el resto de sus días y que si al niño le pasaba algo, le pegaría dos tiros", indica Miguel Bosé, que explica cómo pasó el resto del verano en una silla de ruedas convaleciente de esa "herencia".



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