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Migrar, sin edad para huir de la violencia
Publicación:14-11-2021
TEMA: #Cultura
En esta caravana "Por la libertad, la dignidad y la paz", niñas, niños, adolescentes y bebés son parte de la lucha de sus padres por una vida mejor
OAXACA, Oax.- El cansancio se refleja en el rostro de las niñas y niños de la caravana migrante
, quienes han caminado junto a sus padres casi tres semanas, bajo el calor, la lluvia, el frío y, sobre todo, con el hambre haciendo estragos. Todo, para huir de la violencia y desigualdad que prevalece en sus países de origen.
En esta caravana "Por la libertad, la dignidad y la paz", niñas, niños, adolescentes y bebés son parte de la lucha de sus padres por una vida mejor, algunos de ellos sueñan con tratamientos médicos.
No obstante, mientras miles de pequeños de distintas nacionalidades buscan un futuro digno, son objeto de discriminación junto a sus familias: en el lado mexicano, se han encontrado con tiendas y puestos de comida que cierran sus puertas ante el paso de la caravana, como si migrar fuera una contradicción al acceso a los alimentos, y ni las súplicas son suficientes, tampoco argumentar que sólo van de paso.
Junto a los niños y los adultos también van otros compañeros de viaje, de quienes poco se habla: los animales de compañía, como "Piwi" y "Princesa", dos perritos que desde Honduras viajan junto a sus dueños en la caravana, y que al igual que los demás integrantes, han pasado por hambre en la lucha por una vida mejor.
El lado gris para las niñas, niños, adolescentes y bebés que conforman más de la mitad del contingente ha sido el duro impacto a su salud, pues a diario aumenta el número de pequeños enfermos de dengue, gripe, tos, quemaduras y ampollas, pero pese a ello, cada uno conserva las fuerzas para sonreír y jugar, también para levantarse en la madrugada y comenzar a caminar con rumbo a su sueño.
En esta caravana "Por la libertad, la dignidad y la paz", niñas, niños, adolescentes y bebés son parte de la lucha de sus padres por una vida mejor, algunos de ellos sueñan con tratamientos médicos.
No obstante, mientras miles de pequeños de distintas nacionalidades buscan un futuro digno, son objeto de discriminación junto a sus familias: en el lado mexicano, se han encontrado con tiendas y puestos de comida que cierran sus puertas ante el paso de la caravana, como si migrar fuera una contradicción al acceso a los alimentos, y ni las súplicas son suficientes, tampoco argumentar que sólo van de paso.
Junto a los niños y los adultos también van otros compañeros de viaje, de quienes poco se habla: los animales de compañía, como "Piwi" y "Princesa", dos perritos que desde Honduras viajan junto a sus dueños en la caravana, y que al igual que los demás integrantes, han pasado por hambre en la lucha por una vida mejor.
El lado gris para las niñas, niños, adolescentes y bebés que conforman más de la mitad del contingente ha sido el duro impacto a su salud, pues a diario aumenta el número de pequeños enfermos de dengue, gripe, tos, quemaduras y ampollas, pero pese a ello, cada uno conserva las fuerzas para sonreír y jugar, también para levantarse en la madrugada y comenzar a caminar con rumbo a su sueño.
« El Universal »
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