La década del Low-Code y el No-Code

En mis más de dos décadas de experiencia como programador he asistido a la irrupción de disruptivas tecnologías que modificaron ampliamente la forma (y manera) en que se desarrollaban las aplicaciones. Esta segunda década de siglo (en mi opinión) estará marcada por la explosión en las compañías de inteligencia artificial, blockchain y, por supuesto Low-Code y No-Code.

Os mencionaba al principio de esta tribuna que estos dos conceptos que en realidad suenan ajenos, distantes y un poco anónimos, no son modas pasajeras; ni tan siquiera incipientes. Que levante la mano quien emplee de manera frecuente hojas de cálculo. ¿Sí? ¿Has usado al menos en el último año esta herramienta? Pues permítame querido lector que le diga que en caso afirmativo, usted está ya empleando esta herramienta No-Code. Gracias a la evolución de las integraciones y automatizaciones estas herramientas se utilizan para desarrollar aplicaciones con poco código e, incluso, sin código.

Que por cierto: Low-Code y No-Code no son exactamente lo mismo, aunque la realidad es que ambas están convergiendo, como lo han hecho las hojas de cálculo que ahora admiten scripts, tablas dinámicas y opciones muy avanzadas, entre otras cosas. Sin embargo, los apelativos de estas tecnologías (Low y No) suelen inducir a error entre los potenciales clientes, los cuales se piensan (erróneamente) que son tecnologías fáciles de emplear. Cuando un cliente me confirma que no tiene experiencia en el desarrollo de aplicaciones, lo siento, pero mi mensaje es que “vas a tener que dedicar esfuerzo y muchas horas de (auto) formación”, ya que No-Code no es precisamente sinónimo de sencillo; y las Low-Code son herramientas para profesionales…

Y si de poner las cartas boca arriba se trata, es justo anunciar que Low-Code y No-Code son en realidad la mejor solución para desarrollar una aplicación en el menor tiempo posible, desarrollar un Producto Mínimo Viable (MPV) en apenas muy pocas semanas. Y esta cualidad es altamente valorada por los profesionales pues implica (de manera directa)  una importante reducción de costes que las empresas y particulares valoran muy positivamente. Y por esto precisamente es porque Low-Code y No-Code está triunfando en B2B y B2C.

Conozco de primera mano varias Administraciones Públicas como la Secretaría de Estado de Hacienda y muchas empresas como Siemens, Alestis Aerospace, Bang&Olufsen, Hertz o Cecotec que me transmiten cómo aprecian el beneficio de desarrollar y mantener sus aplicaciones con herramientas Low-Code.

En los últimos 10 años hemos visto cómo diversas tecnologías han supuesto puntos de inflexión para que muchas compañías crecieran y quedando –otras- relegadas a desaparecer porque no supieron, o quisieron, emplear las susodichas. Quienes no apuesten por Low-Code y No-Code irremediablemente quedarán fuera de mercado antes de 4 ó 5 años. 

Y ahora, si ha llegado hasta aquí le interesará saber por qué herramientas Low-Code apostar. Personalmente, opte por aquellas que permiten desarrollar y desplegar la aplicación con el menor número de tecnologías posibles, debido a que el riesgo de obsolescencia tecnológica será proporcional al número de herramientas. Además, me parece crítico contar con la relación directa y acompañamiento del proveedor tecnológico.

Usar herramienta Low-Code permite a las empresas centrarse al 100% en resolver las necesidades de sus clientes, sin estar tan pendientes de la tecnología. El ahorro de tiempo les permite crecer al poder gestionar más clientes en el mismo tiempo. El Low-Code empodera a las personas y democratiza el desarrollo de aplicaciones, por eso nadie después de usarlo quiere renunciar a él.

Firmado: Mario Conde Fornós, CEO de Velneo