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Sabias Que Monitor


Facebook parece el Titanic camino al iceberg

Facebook parece el Titanic camino al iceberg


Publicación:02-11-2022
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Por qué hasta los creyentes se bajan del barco.

Inversores pidiendo disculpas por recomendar invertir en Meta, pesos pesados de la industria renegando de su idea de metaverso. La empresa se hunde a niveles de 2017, pide paciencia y dice que el gasto de dinero seguirá

El 28 de octubre de 2021 la empresa antes conocida como Facebook dejó de ser conocida como Facebook. Meta, el nuevo nombre, era en teoría mucho más adecuado para el metaverso. Tras esa palabra, desconocida para el gran público, se esconde supuestamente la próxima gran revolución informática que todos abrazaremos y el destino del viaje incierto que iba a emprender el transatlántico de Menlo Park a partir de ese momento. 

El billete no era barato, así que la compañía tuvo que hipotecar todo su negocio, uno de los mayores de Silicon Valley. Un año después, la gente ha oído hablar hasta la saciedad y con calzador del metaverso, aunque sigan sin comprender en qué consiste o para qué sirve; los usuarios siguen sin olvidar que Meta sigue siendo Facebook y su polémico pasado de desmanes para mantener engrasada su maquinaria publicitaria y la empresa es víctima de una zozobra financiera que le hace parecer un Titanic camino a estamparse directo contra el iceberg.

A Mark Zuckerberg, capitán del navío, se le pone cara de capitán Schettino cada vez que tiene que encontrarse con los pasajeros de este viaje, los inversores, para explicarles que esa tierra prometida todavía no se otea en el horizonte. Es más, lo poco que ha avanzado en esta nueva realidad llamada metaverso ha sido criticado y parodiado por pesos pesados de la industria tecnológica, como el fundador de Oculus o el máximo responsable de Xbox. Mientras tanto, el combustible no deja de subir de precio. La gasolina para este viaje son los resultados que arroja la maquinaria publicitaria que suponen Facebook, Messenger, Instagram o WhatsApp, que no atraviesan su mejor momento. 

No ha sido una buena semana para los que tienen acciones de las grandes tecnológicas, ya que Google, Amazon o Microsoft, se han presentado con cuentas que no han cumplido expectativas y que son el enésimo indicador de que la economía se está enfriando. Solo se salvan Apple, que ganó casi 100.000M de dólares en los últimos 12 meses; y Twitter, por eso de la compra de Musk y el pago de 54,22 dólares por acción, un precio un 38% superior. Pero los números de Meta son especialmente duros.

Los ingresos, comparados con el mismo trimestre fiscal del anterior curso, se han reducido un 4%. El tropiezo mayúsculo ha llegado en el apartado de beneficios. Han caído un 52%. Si se echa un vistazo al desempeño de los nueve primeros meses del curso, las cifras mejoran algo. La facturación se mantiene en términos similares, con un crecimiento de apenas 0,5% y las pérdidas solo han retrocedido un 36%. Por mucho que se pidiera paciencia, los inversores no la han tenido. La compañía ha perdido dos tercios de su valor en Bolsa en lo que va de año. Solo el jueves retrocedió casi un 20%, porque la fe en su futuro se debilita a cada trimestre que pasa. 

La decepción de los inversores se resume perfectamente con una imagen. La de Jim Cramer, experto en la materia y presentador de Mad Money de la CNBC. Después de los resultados, con los ojos llorosos tuvo que pedir perdón públicamente por mostrar su convencimiento de que las acciones de Meta "solo podían subir". "Confié en el equipo de dirección. Y fue una equivocación", remató la estrella televisiva.

Una buena noticia pero cosmética

En toda esta ensalada de malos indicadores hay algo que mejora el amargo sabor de boca: el número de usuarios activos. La compañía empezó el año reportando un retroceso en esta estadística, la primera en su historia. Ahora ha conseguido revertir la caída. Ha crecido un 3% (10 millones) en los tres últimos meses y se encamina hacia la frontera de los 2.000 millones. 

La cuestión es que esta buena noticia tiene algo de cosmético. La mayoría de nuevos miembros de su parroquia, la mayor del mundo de las redes sociales, viene de Asia-Pacifico. Si uno se fija en los mercados más rentables, la cosa no pinta tan bien. En Europa desde el año 2020 acumulan retrocesos durante los dos últimos años. 24 meses en los que Facebook solo ha conseguido que un millón más de estadounidenses o canadienses se hagan una cuenta en una de sus plataformas. 

La inestabilidad que afronta el negocio tradicional de Meta es producto de una gran borrasca general. Pero también de otras que le afectan de manera especial. Se reduce la inversión publicitaria, sí, pero es que ha entrado más gente a ordeñar la misma vaca. Apple y Amazon son dos empresas a las que la publicidad les preocupaba de forma tangencial y ahora tienen planes para llevarse parte de un pastel que antes era cosa de Facebook y Google principalmente. 

Meta ya no pierde usuarios globalmente, pero no crece en los mercados más rentables 

A estos nuevos actores, dedicados a otros menesteres, hay que sumarle la gran amenaza: TikTok. La aplicación de Byte Dance no solo puede robarle ingresos, sino que también puede sustituirlo como el sitio donde hay que estar en internet y desplazar a Facebook o Instagram. Ha habido otras alternativas a Facebook o Instagram como pueden ser Twitter, Snapchat o, más recientemente, BeReal. Pero no ha habido nada como la empresa china que, además, ha cambiado el formato de moda. Ya no son las fotos, no son los videos ni los directos. Son videos cortos. Y Meta y YouTube se han lanzado a esta pelea. El gigante de las redes sociales se felicita por la marcha de Reels pero sus resultados son limitados. Su comunidad consume 18 millones de horas de vídeo al día. La de Byte Dance, 200.

Un ejemplo de cómo Zuckerberg está obsesionado por frenar el avance de TikTok y su particular toc con esta compañía es cómo ha ido introduciendo cambios en Instagram para crear una suerte de clon que de a sus usuarios lo necesario para no tener que ir a buscarlo a otro lado. Un hecho que provocó la 'rebelión de las Kardashian', donde millones de usuarios pidieron a la compañía que volviese al punto de partida.

A este dolor de cabeza, hay que añadirle otro dolor de muelas: el sistema de seguimiento de Apple, que ha dado más opciones a los usuarios para limitar la cantidad de datos que recogen las aplicaciones sobre ellos. Algo que ha supuesto que se evaporen miles de millones en ingresos. Un agujero que podría seguir aumentando su diámetro, porque en el contexto económico actual, los anunciantes podrían exigir más métricas y datos de efectividad, información que está más lejos de poder ser recolectada.

El verdadero agujero

Estas turbulencias serían ya inquietantes, por si solas. Pero el problema es que llegan cuando Meta ha decidido transicionar hacia su nueva identidad. Un proceso que está haciendo un roto en sus cuentas. Reality Labs, el departamento encargado de los desarrollos y dispositivos del metaverso, a día de hoy es una máquina de quemar dinero. Esta división que toma el testigo de Oculus ingresó en lo que ha pasado de año 1.433 millones de dólares. Sin embargo, sus pérdidas se han elevado hasta septiembre hasta casi 10.000 millones. En el mismo tramo de 2021 los números rojos eran de menos de 7.000 millones. Uno de los motivos para esto ha sido el aumento de la masa salarial. La plantilla ha crecido un 28% en los últimos 12 meses.

Mientras tanto, Zuckerberg ha prometido que seguirá gastando una montaña de dinero para llegar a su destino final, pero que lo hará más "eficientemente". "Anticipamos que las pérdidas de Reality Labs en 2023 crecerán significativamente"; afirmó la compañía, que vino a decir que hay que hacer muchas pruebas y muchas inversiones hasta que un producto se haga mainstream. Esta idea recuerda a la que expresó en su momento el fundador de Getir, el gigante turco de las entregas ultrarrápidas, una burbuja generada al calor del covid y que ha terminado por explotar. "Cuando un avión despega es cuando más combustible hay que gastar", dijo el magnate.

Los inversores de Meta parecen no estar de acuerdo con esta barra libre. Altimeter, uno de los principales fondos que se encuentra en su accionariado, envió una carta a la dirección pidiendo que limitase el gasto relacionado con el metaverso a 5.000 millones por curso, la mitad de lo que lleva gastado en nueve meses. La preocupación no solo se ciñe a los números, sino también al principal producto de Meta para el metaverso, Horizon World. Un mundo virtual que parece que ni los propios empleados utilizan, a pesar de que la compañía ha empujado para que los trabajadores organicen sesiones para utilizarlo también con personas que no son de la empresa. A principios del año llegaron a 300.000 usuarios. Y parece que la cifra no ha mejorado, hasta el punto de que los encargados han anunciado un "bloqueo de calidad" para abordar los errores. Este periodo durará hasta finales de año, en un principio, periodo en el que no recibirá ninguna función nueva.

¿Y si el metaverso no es tan grande?

"En pocas palabras, para que una experiencia se vuelva placentera y retentiva, primero debe ser utilizable y estar bien diseñada", afirmó Vishal Shah, vicepresidente de 'metaverso' en Meta, en un comunicado interno obtenido por The Verge hace pocas semanas. Para aumentar el número de usuarios, la compañía está trabajando en una versión para móviles y una versión web que lanzará a lo largo de los próximos meses, abriendo la posibilidad de acceder sin un casco de realidad virtual, dispositivos que aún siguen siendo caros. Recientemente, la compañía lanzó sus Meta Quest Pro, un dispositivo de realidad mixta de 1.800 euros. La versión más asequible, Oculus Quest 2, cuestan unos 700 euros.

Algo que ha sido interpretado desde muchos frentes como algo confuso, porque le acerca más aún al concepto de Second Life que ya naufragó a principios de siglo. A esto también hizo referencia Shah: "Quiero ser claro en este punto. Estamos trabajando en un producto que no ha encontrado adecuación al mercado de productos. Si estás en Horizon, necesito que aceptes por completo la ambigüedad y el cambio".

Se calcula que Shah tiene en su equipo 1.900 personas, desarrollando contenido y soluciones como Horizon World. No es ni mucho el equipo más grande. Michael Abrash tiene unas 2.400 personas a tu cargo en un equipo de investigación, según datos de The Information. El medio, especializado en startups y empresas tecnológicas, calcula que en total son 15.000 empleados los que tiene en nómina Reality Labs. Esto es cinco veces más de la gente que emplea Apple para su nuevo negocio y su casco de realidad mixta. Al ver estos números se entiende por qué pierde dinero a esta velocidad.

El problema es que son muchos los que dudan de los planes de Meta. No en la ejecución sino en el objetivo final, el metaverso. El CEO de Snapchat, Evan Spiegel, lo ve como "vivir dentro de la informática". Cree que "meterse dentro de un ordenador" después de una larga jornada de trabajo es lo último que le va a apetecer, a él y a millones de personas. El responsable mundial de marketing de Apple, Greg Joswiak, afirmó que nunca utilizará la palabra "metaverso". El fabricante del iPhone puede cambiar las normas del juego, ya que está ultimando su visor de VR / AR así como el ecosistema para hacerlo funcionar. Una vez lo ponga en la mesa habrá que ver si es una visión similar a la de Zuckerberg o apunta en otra dirección. "No creo que sea un buen producto... No es bueno, no es divertido", afirmó Palmer Luckey, fundador de Oculus, la empresa que adquirió Facebook en 2014 para introducirse en el mundo de la VR.

Otro de los que ha sido especialmente crítico ha sido Phil Spencer, responsable máximo de Xbox, que ha dicho que "el estado actual del metaverso es de un video mal hecho": Sus quejas no se dirigen únicamente a la ejecución, sino también a la orientación que Zuckerberg ha dado al metaverso, una realidad omnipresente que, según su visión, utilizaremos para el ocio pero también para el trabajo. "Los creadores de videojuegos tienen una habilidad increíble para construir mundos atractivos en los que queremos pasar el tiempo", dijo el directivo en una conferencia organizada por el WSJ. "Para mí, construir un metaverso que parezca una sala de reuniones... Simplemente descubro que no es donde quiero pasar la mayor parte de mi tiempo". Spencer sentenció: "Creo que acabará pareciéndose muchos más a algunos videojuegos que las propuestas que se ven a día de hoy".

El testimonio de Spencer no es baladí. La propia Microsoft anunció que estaba colaborando con Meta para llevar cosas como Teams o Cloud Gaming a VR. Pero lo sorprendente de sus dudas es que la compañía invirtió 68.000M para comprar Activision-Blizzard. La compra del gigante de los videojuegos tenía el objetivo principal de reforzar su estrategia para desbancar a Sony y PlayStation al frente de la industria, pero también para obtener conocimiento y herramientas para estar bien posicionados con lo que venga con esta supuesta revolución.

Las dudas financieras, las dudas sobre el alcance real del metaverso y las dudas sobre la visión de Meta sobre esta nueva era de la informática personal hacen que muchos hayan pedido a Zuckerberg que desande el camino realizado y vuelva a su negocio tradicional. Algo que parece no ser del agrado del fundador de Facebook que aseguró en una entrevista con Joe Rogan que estar al cargo de esta red social e Instagram le hace "sentir un puñetazo en el estómago" cada mañana al despertarse. Parece convencido de que el metaverso es real. El tiempo dirá si tiene algo de razón o lo que estamos viendo es que la orquesta del Titanic sigue tocando.



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