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Opinión Editorial


¡Una mejor sociedad es posible!


Publicación:27-12-2022
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La comunicación política existe, según los especialistas, desde que las sociedades empezaron a constituir sus gobiernos

     La comunicación política existe, según los especialistas, desde que las sociedades empezaron a constituir sus gobiernos y éstos necesitaron difundir información y pedir retroalimentación a la ciudadanía sobre si apoyaban o no la toma de decisiones sociales, económicas y, por supuesto, políticas.

     

     Promulgar leyes y cumplirlas, desarrollar políticas, planes y programas, ejercer el presupuesto, prestar servicios, rendir cuentas y, sobre todo, proponer reformas y proyectos para atender las necesidades y satisfacer las demandas de una sociedad, son tareas políticas que requieren de la comunicación política.

     

     La tarea de comunicación política es parte de toda sociedad democrática, donde la ciudadanía tiene derecho a la libertad de expresión y a la información pública, las cuales el Estado debe garantizar y regular en forma transparente.

     

     Se puede decir que sin comunicación no existe la política y viceversa. Y, para lograr un proceso de diálogo permanentemente abierto entre gobierno y sociedad, son fundamentales nuevas prácticas de comunicar y, sobre todo, eliminar las viejas prácticas de corrupción entre gobierno-medios masivos. 

     

     Cabe referir que la comunicación política no es desacreditar, dañar la imagen o amenazar la vida del adversario, ya sean gobiernos, partidos, personas u organizaciones. En tal contexto, el compromiso estatutario del Partido del Trabajo es promover una reforma en materia de medios de comunicación, para que aparte de su actividad empresarial, cumplan sus funciones sociales de detonar la libertad de expresión y el derecho a la información.

     

     Entre los objetivos de la reforma está erradicar la concentración de los medios de comunicación en unas cuantas manos, el derroche millonario de gobernantes con tendencia a publicitar su imagen política y las décadas de demagogia política, cultura discrecional, manipulación y ocultamiento de información, así como desterrar la mordaza, la censura, la represión y el soborno a la prensa independiente, principal interlocutor entre gobierno y sociedad.

     

     Otro de los objetivos es terminar las “campañas de lodo o guerras sucias”, que se orquestan desde el poder político en complicidad con los dueños del poder mediático. Aunque esto ocurre en regímenes fascistas, antidemocráticos y autoritarios, aquí hay que hacer valer los valores y principios en la práctica política frente a campañas de desinformación y linchamiento social.

     

     Congruentes con los valores de la libertad, la democracia, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la honradez, la superación, la perseverancia, el espíritu de servicio, la modestia, la tolerancia y el amor, establecidos en la Declaración de Principios del Partido del Trabajo, quienes militamos en el PT estamos llamados a cumplirlos en las tareas de comunicación política.

     

     Como partido político nuestra obligación es ganarnos la confianza del pueblo y los corazones de las personas. Esta es una tarea central para conquistar el voto y llegar con autoridad ética y moral a los cargos de responsabilidad política, con el fin de servir al pueblo y cumplir sus demandas colectivas.

     

     Bien dicen que la comunicación política más efectiva es la que hacemos persona a persona, al expresar la esencia de las intenciones que perseguimos y escuchar de manera sensible sus respuestas, así como mediar contradicciones, comprometernos a gestionar sus necesidades y darles resultados.

     

     En el PT nos rige además la filosofía de servir al pueblo y no servirnos del pueblo, orgullosa herencia de las organizaciones sociales de masas surgidas de los movimientos estudiantiles del 2 de octubre 1968 y del 10 de junio de 1971 y de los movimientos sindicales, campesinos, magisteriales y urbano-populares que estallaron a lo largo y ancho del país de 1970 a 1980.

     

     En todos estos años la línea fundamental de trabajo ha sido y sigue siendo la línea de masas, la cual implica que en toda actividad que realicemos debemos partir siempre de las necesidades, deseos y decisiones de las masas populares.

     

     La línea de masas es estar en contacto permanente y directo con la gente para luchar juntos por una mejor sociedad y construir el poder popular desde abajo: el barrio, la colonia, el ejido, la comunidad, el trabajo y la escuela. Esto significa que la cuarta transformación no se puede realizar sin la línea de masas, pues creemos que el pueblo, y sólo el pueblo, es el que hace la historia.

     

     Con el ideal de que ¡Una mejor sociedad es posible! mediante la actual revolución pacífica para transformar a México, les expresamos nuestro más sincero deseo de un ¡venturoso y feliz año nuevo 2023!



« Lupita Rodríguez Martínez »