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Opinión Editorial


Un tsunami humano en el continente


Publicación:27-10-2021
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Como nunca en la historia americana, hay un número sin precedente de migrantes

Nuestro continente enfrenta hoy una crisis de enorme magnitud. Incluso antes del desastre económico detonado por Covid-19, el movimiento de personas en la región se estaba intensificando. Como nunca en la historia americana, hay un número sin precedente de migrantes, refugiados y personas internamente desplazadas a lo largo y ancho de las Américas. En este momento, están cruzando diariamente el Tapón del Darién, en Panamá camino hacia México y nuestra frontera con EU, cerca de mil migrantes. Hace unos días ya había 100 mil solicitudes de asilo en nuestro país formuladas ante la Comar (el récord era 70 mil en todo 2019). Y el viernes, el servicio de aduanas y protección fronteriza de EU divulgó las cifras de migrantes y refugiados detenidos en la frontera con México durante el año fiscal 2021: 1.7 millones, la cifra más alta desde 1986. No es difícil explicar por qué 57% de los estadounidenses creen que Biden debe prestar más atención a la frontera, por qué el GOP va a alcahuetear este tema electoralmente en los comicios legislativos de 2022 o por qué Biden está determinado a no poner en riesgo —a costa de muchos otros temas que impactan la agenda bilateral— la cooperación mexicana en la materia.

Por ello esta es una crisis que México no debe desaprovechar, y lo debe hacer tanto para poner su casa en orden como para, aquí sí, liderar en la región con este tema. Es incuestionable que México requiere mejorar sustancialmente sus capacidades de control en fronteras. Inami y Comar no pueden seguir siendo canibalizadas y deben contar con recursos y personal para el desempeño de sus tareas. Así como nosotros exigimos en 2007 a EU asumir un paradigma de responsabilidad compartida para atender retos de la agenda bilateral, México debe poner de su parte para fortalecer su seguridad fronteriza. Pero ningún país puede darle la vuelta a una crisis migratoria con la mera aplicación de medidas de control fronterizo o el infausto programa "Remain in Mexico". Ese error, que ha cometido una y otra vez EU, no debe replicarse, ni en México ni en otras partes del continente. Invariablemente he argumentado que una diplomacia libre de riesgos será siempre una diplomacia libre de resultados. Por ello México debiera hoy pugnar sin dilación por un acuerdo continental para mitigar, gestionar y ordenar los flujos migratorios, trabajando con agencias relevantes de la ONU y organizaciones de la sociedad civil para las poblaciones en movimiento más vulnerables. Asimismo, como parte de ese acuerdo, México tendría que buscar establecer vías complementarias para ordenar y proteger esos flujos, como la reunificación familiar o acuerdos temporales para la movilidad laboral circular en sectores económicos y regiones específicas; movilizando a instituciones multilaterales regionales de financiamiento del desarrollo; intensificar la diplomacia regional en materia de vacunas; y seguir centrándose en la imperiosa necesidad de la gobernanza eficaz. Estas acciones permitirían además a México ayudar de una manera más estructural y sostenida a Biden, cerrándole el flanco de ataque del GOP, que es también, ojo, un ataque a México. Aún más importante, ayudaría para contrarrestar una sensación de caos que alimenta las narrativas nativistas y el tufo xenófobo que ya no es solo privativo de EU sino que se empieza a despedir en otras naciones del continente, incluyendo México.



« Arturo Sarukhán »