Un año de silencio. El 9 de febrero de 2022 un niño falleció al interior de las instalaciones del DIF Fabriles en Monterrey, N.L.

Desde el inicio el silencio fue lo único que se obtuvo de las autoridades. Días después gracias a un periodista independiente se conocería el hecho, confirmado el 18 de febrero por las autoridades del DIF y Comunicación social mediante cuentas de Twitter.

Comunicados completamente impersonales, sin nadie que diera la cara. Sin responsables.

Lo más grave del caso que fue declarada como muerte natural, fue la cremación del cuerpo del menor. Incluso antes de iniciar la investigación.

En el Congreso yo solicité una comparecencia del titular del DIF Miguel Ángel Sánchez Rivera, pero la propuesta no se aceptó. En cambio, la creación de una comisión especial de investigación si fue aceptada. 37 votos a favor de 42 diputados.

En la comisión se visitó Fabriles y la Comisión Estatal de Derechos Humanos. De forma individual solicité mediante transparencia información, hablé del tema en persona con el Gobernador en presencia de la Secretaria de Gobernación, de Gobierno Federal pero por ahí no se avanzó. Aún no se visita a la Fiscalía.

Esta semana el Gobernador habló de fútbol, futbol americano, de Washington, de todo menos del niño. Un año de silencio.

En cambio la sociedad organiza protestas, conferencias, recolecta firmas. Ellas y ellos no guardan silencio.

¿Cuando tendremos un gobierno a la altura de la ciudadanía? Un año no ha sido suficiente, ¿cuántos años más faltarán?