Subsidio para Prótesis

Por: José Luis Santos Martínez.

En la actualidad, de acuerdo con organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud ya no es solamente definida como la ausencia de alguna enfermedad o dolencia; sino también como el estado de completo bienestar físico, mental y social.

Por ello, la creación de políticas públicas que garanticen una calidad de vida digna y mucho más accesible dentro del ámbito social a todas aquellas personas que han sufrido algún accidente o alguna situación que al final los condujo a la férrea decisión de decidir o simplemente aceptar alguna amputación en sus extremidades ya sean inferiores o superiores; es de suma importancia.

Con base en la Asociación Civil Ampuvalia, en nuestro país hay alrededor de un millón de personas que viven sin alguna extremidad, además, de que cada año se registran cien mil nuevos casos de este tipo de situaciones. Asimismo, visualiza que la causa más frecuente de ello en jóvenes y adultos es la traumática; así como también que la causa principal en adultos mayores es la diabetes, y que dos de cada tres amputaciones se producen en personas mayores de sesenta años.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que de acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) al año 2022, todos los días en nuestro país, en promedio 75 personas son amputadas de alguna de sus extremidades, situación que da lugar a que cada vez sea más necesario contar con espacios y herramientas de tipo asistencial que ayuden a la persona a disfrutar de una vida digna y sobre todo con bienestar.

De igual forma, es destacable mencionar, que al año 2015 alrededor de 780 mil personas vivían con alguna amputación en el país; sin embargo, solamente el 10% de todas ellas contaban con una prótesis, esto es 78 mil personas.

Es de señalar, que diversos estudios, tales como el escrito por los autores Rubén Nevado y Alfonso Arteaga, han manifestado que cuando a una persona se le amputa algunas de sus extremidades, existen consecuencias psicológicas que repercuten en la salud del mismo tipo, especialmente durante los dos primeros años de la amputación, pues representa el periodo en el que el paciente observa con una intensidad mayor diferentes secuelas psicosociales como, por ejemplo: depresión, ansiedad, síntomas de estrés postraumático, problemas de imagen corporal, estigmatización y cambios en la propia identidad y en las relaciones sociales.

En adición a lo anterior, especialistas del área médica han señalado que a pesar de que cada año entre 35 mil y 45 mil personas lamentablemente sufren la amputación de alguna extremidad, existe una gran desigualdad en cuanto al acceso a una prótesis, debido al elevado costo comercial que llegan a tener.

En el caso de Nuevo León, si bien existen diferentes lugares en los que se puede conseguir este tipo de ayuda para una persona que se le ha amputado alguna extremidad, a fin de que cuente con una mejor calidad de vida; los precios aún siguen siendo poco accesibles para muchas de ellas, o bien cuando se trata de organismos como el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) que en distintas ocasiones ha proporcionado prótesis a las personas que así lo requieran; lo suele hacer de una forma limitada, dejando así una falta de oportunidad para muchas personas que lo necesitan.

Algunos ejemplos de lo anteriormente dicho, es primeramente lo ocurrido en el año 2022 cuando el DIF Nuevo León, lanzó una convocatoria para que las personas que necesitaran alguna prótesis de rodilla o cadera tuviesen la oportunidad de adquirirla. No obstante, dentro de los requisitos para participar se establecía el que no se contara con Seguridad Social, aunado a que también el límite de personas que podrían ser beneficiarias solamente era de 50.

Por ello, en Acción Nacional propusimos una iniciativa de reforma para que el Estado sea quien además facilite la adquisición de prótesis, órtesis y ayudas funcionales para todas aquellas personas que así lo requieran y que además no puedan adquirirlas por motivos de falta de capacidad económica. De esta manera, apoyamos a que todas estas personas puedan gozar de una calidad de vida digna.