Con su tradicional estilo ameno, crítico e irónico, Fernando Savater nos comparte en Solo Integral, 63 artículos publicados entre 2015 y 2021 que reflejan su pensamiento sobre temas variados. A cada uno de ellos agrega al final el “cole tempo” en el que expresa la evolución del texto desde su perspectiva actual.

El libro aborda tópicos que son significativos para el filósofo y que tienen que ver principalmente con la realidad de España y Europa. Habla de política, del separatismo español, de figuras como Angela Merkel, Trump o Pablo Iglesias, de escritores como Milan Kundera, Pío Baroja o Kant. 

Incluye referencias históricas interesantes, aspectos sociales, educación y ciudadanía; también habla de sí mismo, de su infancia, su familia y sus gustos: de los toros, los animalistas y su afición a los caballos, a las ferias y a los cómics. 

“Desde muy pequeño, el circo me ha dejado siempre algo triste” o “Me incorporé a los revoltosos sin apenas dudarlo y aún menos entenderlo”, señala. Por supuesto, recuerda a Sara su esposa quien murió en 2015.

Para disfrutar a Savater es necesario citarlo por lo que me permito compartir algunos fragmentos del libro:

“(las drogas) puesto que no van a desaparecer del mercado, más vale aprender cómo manejarlas por si la curiosidad o la tentación vencen a la prudencia”; “escandalizarse ante esta guía es como fulminar la educación sexual en la escuela por corromper menores…”

“(educación para la ciudadanía) unidad en lo necesario, en lo innecesario la libertad, amor en todo”. 

“(La familia) porque la simple existencia -insistencia, mejor- rutinaria, biológica, necesita la presencia amada y amable para ascender a la vida humana. Sin la proximidad del amor estamos lejos de nosotros mismos”.

Hay un capítulo que se denomina Zapatos en donde habla de la catedral de San Jorge en Doncaster, Inglaterra en la que hay una mesa con un montón de zapatos, iniciativa de Walking in Their Footsteps, que pertenecieron a mujeres violentadas. Cada par lleva un breve rótulo como “gastados y tristes, como mi vida”. En este capítulo dice “A veces la vida familiar transforma el ámbito amoroso en infernal…en cualquier caso, la brutalidad masculina contra lo femenino es injustificable”.

También habla de la educación y dice “educarlos es descentrarlos, sacarlos de su zona de confort, mostrarles que la realidad es lo que no se pliega a nuestra voluntad por mucho pataleemos contra ella…la educación no está destinada a cultivar lo que somos sino a lograr que se transforme en lo que deberíamos ser”.

Sobre el amor: “amar, como he repetido muchas veces es dejar de vivir para algo y ponerse a vivir para alguien. Y el mejor regalo que podemos hacer a quien amamos es la alegría”.

De política, señala la necesidad de que haya diferentes corrientes de pensamiento en los gobiernos “es falso que haya gobiernos de izquierdas o derechas porque todos los parlamentos tienen grupos de ambas tendencias, intermedios, y necesitan medidas legales y sociales de ambos tipos. Si falta una de ellas, no estamos en una democracia sino en un totalitarismo enemigo de las libertades públicas”.

El trasfondo de todas sus columnas es la libertad de pensamiento en responsabilidad. Altamente recomendable.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com