banner edicion impresa

Opinión Editorial


Se acabó


Publicación:28-05-2021
version androidversion iphone

++--

Lo cierto es que hubo gran vacío de ciertos temas importantes, lo cual es grave porque esos temas solucionan muchos de los problemas endémicos del estado

Prácticamente se acabaron las campañas políticas en las que un titipuchal de candidatos buscan hacerse con el cargo soñado, unos pocos, para prestar un verdadero servicio; otros, muchos, para obtener el poder que les pueda brindar otras satisfacciones ajenas al bienestar de la ciudadanía, sin importar partido. 

  Las campañas políticas estuvieron caracterizadas por los ataques entre candidatos, lo que obnubilaba la proyección fidedigna de las propuestas, las mismas que se encaramaron en cúpulas de cartón piedra, toda vez que eran más huecas que las jícaras de Zumpango. Unos más, otros menos, todos coincidieron en señalar objetivos distantes de la realidad, sin conocimiento del tema, en particular del transporte urbano. Un tema que sacó a la luz la organización Unete Pueblo. De lo contrario, ni hubieran hablado de eso. Uno dijo que iba a comprar mil camiones, otra dijo que los camiones serán sustentables. Por Dios.

No sólo en ese tema se vieron los candidatos con un estilo muy guango: no pudieron armonizar los dichos con la realidad. Las promesas requieren de fondos que puedan cumplirlas, de lo contrario, todo es demagogia. En este sentido quien mejor expuso las cosas fue el candidato de la alianza PRD-PRI, Adrián de la Garza, en cuanto dijo que primero hay que sanear las finanzas del estado. Es cierto, el gobierno está en quiebra. Ningún candidato reparó en esto, al contrario, hablaron de millones y millones y millones de pesos como si existieran en las arcas estatales.     

Las encuestas se convirtieron en armas de una guerra innecesaria. Unas decían que un candidato tenía X puntos, otras, que otro candidatos tenía esos puntos, otra más  reflejaba que de la noche a la mañana un candidato que iba en cuarto lugar llegaba al primero. Lo cierto es que cualquier puede hacer encuestas. Hasta Morena para designar sus candidatos las hace, lo malo es que nunca se sabe qué metodología se usó, cuál fue el porcentaje de error. Por eso la gente no cree en encuestas, ya se choteó. Y el candidato que afirme que va a ganar la competencia electoral porque las encuestas lo ubican en primer lugar, está frito. 

Lo cierto es que hubo gran vacío de ciertos temas importantes, lo cual es grave porque esos temas solucionan muchos de los problemas endémicos del estado. Son dos: la lectura de libros y la ciencia. Ninguno de los candidatos a gobernador, a las alcaldías, a diputaciones locales y federales habló de impulsar la ciencia para solucionar problemas sociales. Ninguno de los candidatos mencionó invertir para fomentar el hábito de la lectura, sabiendo que la lectura forma ciudadanos más amables, más sinceros, educados y responsables ante los hechos sociales. 

      Se habló de hacer un puente a desnivel con una inversión de 300 millones de pesos. Está bien, pero esa inversión va a beneficiar sólo a las personas que tienen auto y que pasen por ese rumbo. En lugar de esa obra, se podría destinar un millón de pesos a empresas culturales, librerías, casas de cultura ciudadanas, teatros o a artesanos, carpinteros, pintores, entonces tendríamos 300 opciones de cultura, de educación y de sensibilidad. Ya se vería como se pagaría ese millón de pesos. O medio millón, entonces tendríamos 600 espacios de aire cultural limpio. 

Pero no. Ningún candidato agarró la onda cultural. Y coincidieron en asuntos como transporte urbano, la mujer, la pandemia, la crisis económica, las aulas. De eso se ha hablado. Alcaldes, gobernadores, diputados han hablado de eso. Y los problemas siguen. Pero no hablaron de cultura. Si lo hubieran hecho se hubiera traducido en realidad. Y el estado sería otro. Más mejor, como dijo el primo Chalío.



« Arnulfo Vigil »