Opinión Editorial
Regreso a clases
Publicación:27-05-2021
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Ya hace falta a los jóvenes volver a clases y socializar
Por fin el Gobernador del Estado, Jaime Rodríguez, anunció el regreso a clases presenciales para preparatoria y profesional. El aviso estuvo respaldado por los secretarios de Salud y de Educación de Nuevo León, así como por los rectores de las principales universidades de la entidad. Todos alineados a reactivar la actividad escolar en un esfuerzo conjunto y coordinado que no equivale a bajar la guardia en contra del Covid, al contrario, conscientes de que se requerirá continuar con el monitoreo constante para evitar recaídas por contagio.
Las condiciones que parten del semáforo epidemiológico en verde y vacunación de los docentes están cuidadas. Será un regreso seguro, gradual, escalonado, híbrido y flexible. Así mismo, opcional, es decir, las autoridades escolares deberán establecer contacto con sus estudiantes para dar el aviso oficial y planes de regreso, y conocer su disponibilidad atendiendo siempre a situaciones de vulnerabilidad y riesgos tanto para alumnos como para el personal docente y administrativo. Quien así lo exprese, podrá continuar con la modalidad en línea.
Se privilegiarán los espacios abiertos y ventilados, así como el aforo del 30% de la capacidad instalada, la sana distancia, uso obligatorio de cubrebocas y las materias que, por su diseño requieren prácticas de laboratorio. Sin embargo, no todo es protocolo higiénico que, aunque es indispensable, hay otros aspectos que se deben considerar.
Será fundamental estar preparados para hacer una evaluación académica de los aprendizajes e identificar la necesidad de apoyo socioemocional para ofrecer ayuda con la sensibilidad de docentes y profesionales.
Entre los aprendizajes de la pandemia en materia educativa no solo está lo referente al uso de los medios digitales con fines instruccionales, sino la urgencia de considerar la educación socioemocional y el desarrollo de las habilidades relacionadas con la interacción social, autoconocimiento, empatía, trabajo en equipo, capacidad de solución de conflictos, entre otros temas relacionados, que ahora se hicieron indispensables para responder a la crisis Covid.
De igual manera, la comunicación estrecha con la comunidad escolar, alumnos, padres de familia, docentes y colaboradores, será primordial para establecer confianza y compromiso para el regreso. La pandemia también nos enseñó el valor de la familia como aliada de la educación.
Enhorabuena por esta decisión, ya hace falta a los jóvenes volver a clases y socializar.
El siguiente paso será el regreso para el nivel básico, las y los niños también ya lo necesitan por su bienestar emocional. Aquí la decisión está más complicada porque el gobierno debe atender a condiciones indispensables en escuelas públicas.
Por una parte, está la infraestructura y mantenimiento de los planteles que durante la pandemia se descuidaron. Además, será necesario facilitar los insumos para implementar el protocolo, entre estos, asegurar que se cuente con agua, sabemos que Nuevo León padece crisis de abastecimiento y que para el regreso seguro es necesario el lavado continuo de manos e higiene escolar.
Por otra parte, el calendario oficial termina en julio por lo que las escuelas deberán decidir qué hacer al regreso, ¿evaluar avances en el programa?, ¿medir rezagos académicos para regularizar aprendizajes?, ¿acciones de recuperación? A esto se agrega la necesidad de atender a la población que por diversas problemáticas abandonaron la escuela durante la pandemia.
No se puede dar el banderazo de salida si el gobierno no establece los mecanismos seguros para el regreso y da claridad de acciones a seguir, sobre todo porque ante el próximo cambio de autoridades de gobierno, se deberá trabajar con los equipos de transición. Desde luego debe haber planeación y coordinación en y con los centros escolares y autoridades.
Tal vez se pueda ofrecer flexibilidad a las escuelas para que, con base a su capacidad, y nuevamente la disposición de su comunidad, decidan abrir. Regreso paulatino, híbrido y voluntario; contar con operaciones escolares seguras.
Aunque hay posiciones encontradas, fundadas sobre todo en temores de los padres de familia, el regreso es necesario, será una medida que ayude a disminuir la deserción escolar por el ánimo que da la continuidad de actividades académicas. Igualmente, la sociedad necesita recuperar el dinamismo de la vida diaria.
Para dimensionar esta situación, según datos de la UNESCO al 24 de mayo, de 210 países, 116 han abierto sus sistemas educativos, 58 lo han hecho parcialmente y 13 están en receso académico; 23, siguen cerrados. En México, 11 estados, incluyendo Nuevo León, han anunciado el regreso.
No se pueden evitar los riesgos, pero sí asegurar que las condiciones del reingreso garanticen seguridad, el bienestar y la protección de los alumnos. El ser humano al centro de toda decisión.
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com
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