Opinión Editorial


Que los deporten


Publicación:22-10-2025
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Una manera fácil de reducir el índice de delitos cometidos por migrantes sería el deportarlos de manera automática a sus lugares de origen

Que los deporten

"El mundo se está convirtiendo en una caverna igual que la de Platón: todos mirando imágenes y creyendo que son la realidad"

José Saramago

Créame, se lo ruego, cuando digo que siento una enorme pena por ellos. Sé que no están aquí por gusto y que dejaron su lugar de origen obligados por las circunstancias en la mayoría de los casos. Entiendo que la travesía ha sido difícil, que los han robado, maltratado y engañado, pero alguien tiene que poner un alto a sus tropelías.

Me refiero a los migrantes que ante el endurecimiento de las políticas de acceso de los Estados Unidos han optado por permanecer aquí, esperando ver si se cansan los gringos o de plano simplemente viendo pasar el tiempo porque para ellos cualquier cosa es mejor que estar en su tierra.

Quiero aquí hacer un paréntesis y marcar una diferencia entre los migrantes honestos, trabajadores, que dadas las circunstancias han optado por buscar un empleo digno y que se buscan la vida honradamente; lamentablemente son los menos.

El problema son los miles que deambulan por la ciudad, que viven debajo de puentes y en terrenos y casas abandonadas, que viven pidiendo limosna o que de plano se dedican a delinquir para subsistir.

No se trata de un odio racista, sino de cuidarnos y cuidar lo nuestro, porque amparados en el buen corazón y en la hospitalidad mexicana, hay muchos que abusan y comienzan como simples rateros de cable, metales, autopartes, pero van creciendo en el tamaño de los delitos, hasta que de plano terminan inmiscuidos con la delincuencia organizada y circulan por la ciudad portando navajas, cuchillos y armas de fuego.

No hay semana en la que no caigan detenidos varios de ellos por cometer delitos. Lo peor es que en la mayoría de las ocasiones, ante la falta de una denuncia formal, les terminan liberando y vuelven a las andadas.

Y mientras organizaciones buscan la manera de apoyarles en su estancia, las manzanas podridas (que son los que más exigen y consumen estos apoyos), no se conforman con lo que reciben y por igual roban o asaltan a cualquiera que se atraviese en su camino.

Una manera fácil de reducir el índice de delitos cometidos por migrantes sería el deportarlos de manera automática a sus lugares de origen. No hay nada a lo que le tengan más temor estas personas que el volver a su tierra, porque llegar aquí les ha costado sangre, sudor y lágrimas, porque dejaron todo atrás con la esperanza de tener una mejor calidad de vida y aquí por lo menos no se juegan la existencia con pandillas y la delincuencia organizada que hay en sus países.

De manera que si a la menor falta a cualquier migrante lo ponen en un avión, en un camión, en el tren o un barco y lo mandan a su país, y al hecho le dan la suficiente difusión, estoy más que convencido de que le pensarían dos veces antes de andar haciendo maldades.

Dicen que "no hay borracho que trague lumbre" y si los migrantes se atreven a tanto es por la impunidad de la que disfrutan.

Bienvenidos todos los que deseen insertarse en nuestra tierra con un modo honesto de vivir y en una convivencia pacífica, pero vamos sacando del país a aquellos que hacen de su vida un drama con el que pretenden chantajearnos y al menor descuido ya te están birlando la cartera.





« Francisco Tijerina Elguezabal »