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Opinión Editorial


Qué ganas de joder la democracia electoral…


Publicación:06-11-2022
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La verdad es que buena parte de la 4T literalmente odia todo lo que suene a institución, a independencia, a libertad, a rebeldía, a crítica

Desde Palacio Nacional y desde la dirigencia de Morena siguen con lo mismo: tratar de convencer a la gente de que el INE organiza elecciones fraudulentas.

Entonces, ¿cómo llegaron a la Presidencia en 2018? ¿Por medio de un fraude del cual es cómplice el INE? Y cómo es que ahora, en tan solo cuatro años, ganaron casi todo lo que quisieron y tienen el poder en la mayoría de las entidades del país. ¿También ahí llegaron gracias a la alquimia del INE y de sus émulos estatales?

Y eso de que tienen la mayoría legislativa en la mayor parte de los congresos, ¿cómo ocurrió? ¿Igualmente el INE perpetró fraudes en esos estados a través de sus tentáculos electorales?

¿Qué ocurrió para que Morena haya podido echar del poder al PAN y al PRI en tantos lugares?

Francamente todavía no veo cables en Guacamaya Leaks donde se revele que Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama se aliaron secretamente con las fuerzas vivas de Morena para organizar asonadas electorales, pero bueno, en este país de las infodemias, las verdades alternativas y las posverdades, todo puede ocurrir.

Entiendo que Córdoba y Murayama cometieron el error de salir a contestar cualquier cosa que salía de Morena o Palacio Nacional, cayeron en todas las provocaciones, y en ese sentido fueron muy protagónicos por estar un día sí y otro también haciendo política en medios; me queda claro que sonaban antipejistas y antimorenistas, y que con sus aspavientos rijosos (los mismos de AMLO) contribuyeron a exacerbar los ánimos; vaya, ciertamente Murayama utilizó tonos muy similares a los que criticaba en el Presidente, ambos fueron nada mesurados y sobrios, y Lorenzo por ahí anduvo varias veces, muy cerca en esas formas pugilísticas, pero eso no puede traducirse en que ambos son delincuentes electorales.

El Presidente acaba de decir hace unos días que su propuesta de reforma electoral tiene como intención "que haya democracia", "que no haya fraudes". Caray, pues no sé de qué nos perdimos en otro multiverso, pero desde el año 2000 no veo que haya habido fraude alguno en una elección federal, y las irregularidades que hubo en comicios locales, cuando fueron graves, merecieron una sanción que llegó hasta anular lo ocurrido en las urnas.

¿Dónde está hoy una sola prueba (no dos, una) de que el IFE y luego el INE hayan organizado algún fraude electoral del 2000 para acá? ¿Dónde están las pruebas de que estos años el INE alteró el padrón y la lista nominal de electores? ¿Dónde están las evidencias de que el INE rasuró a votantes de Morena y revivió muertos para beneficiar al PRI? ¿Dónde están los indicios de que el INE operó para que en varios distritos las casillas fueran cambiadas de lugar para ayudar al PAN?

La verdad es que buena parte de la 4T literalmente odia todo lo que suene a institución, a independencia, a libertad, a rebeldía, a crítica, y no soporta el hecho de que no pueda someter a un organismo autónomo para convertirlo en una ventanilla electoral de la Secretaría de Gobernación.

Lo que les molesta es que en las encuestas serias que se han dado a conocer recientemente (no las telefónicas de 400 personas y 40 mil varos), el INE goza de un respaldo abrumador entre la gente: prácticamente siete de cada diez adultos mexicanos (68%) aprueba el trabajo que hace el INE al organizar elecciones. Eso calienta, porque el Presidente anda entre el 58 y 60% de aprobación, y pareciera que a los más ultras entre los suyos eso les rompe el hígado: no pueden digerir que solo el 29% desaprueba al Instituto Nacional Electoral, porque saben bien que hasta ahí llegan sus calumnias: ese 29% es su voto duro.

Y de ahí no van a pasar, por una simple razón: en las elecciones organizadas por el INE estamos los ciudadanos. Son nuestras elecciones. En cada casilla. Sus intentos de destruir a esa institución no van a pasar en el Congreso: no tienen votos suficientes, ni los tendrán, salvo que el PRI, haga un PRI.

jp.becerra.acosta.m@gmail.com



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