Quién sabe hasta dónde sean ciertas las cosas, pero el señalamiento de la presidenta de México, en el sentido de que gracias a las pugnas políticas crece la inseguridad en Nuevo León, llama la atención.

Sobre todo cuando Claudia Sheinbaum Pardo como advierte la raza, si algo dice, es porque tiene los pelos de la burra en la mano y ante tales señalamientos es porque tiene sus propios números.

Por lo que habría que parar el ojo, sobre todo, cuando a las pugnas políticas a las que se refiere la presidenta no es nueva, sino de años y se encuentra entrampada impidiendo todo avance.

Aparejado a los brotes de inseguridad que se registran en la entidad, también habría que destacar decomiso y detenciones importantes.

Pero independientemente del universo de acciones de los tres niveles de gobierno, se habría de señalar el poder de la armas.

Pues entre lo reportado, hay cuestiones que llaman poderosamente la atención como el decomiso de armas como la Barret.

Y, en una de las últimas acciones policiacas, del mismo modo se encuentra un lanza misiles, capaz de neutralizar unidades enemigas.

Por cierto, la versión de las autoridades sobre el registro de delitos de alto impacto ahora resulta que son, según el cristal del vaso con que se vea.

Por lo que ahora, dicen que a Chuchita la bolsearon, negando en el peor de los casos, el incremento de actos violentos a ojos vistos.

Y, que en el caso de la capital de Nuevo León, se señala casi casi, que muy a pesar de lo sucedido, ni se notan. Ah, raza.

Será el sereno, pero ni la reunión de gobernadores y alcaldes con la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum lograron reducir toda clase de asperezas políticas en Nuevo León.

Sino al contrario, las diferencias entre los principales actores políticos en la entidad siguen aflorando en todo su esplendor, anticipando lo que podrían ser las cosas para el 2027.

Y, si no lo quiere creer basta con preguntarle al gobernador Samuel García Sepúlveda y al alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, que no se pueden ver ni en pintura.

Dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver, y si no lo quiere creer basta con darle una revisada a las denuncias registradas por los altos niveles de contaminación.

Y, que para la mala fortuna de los regiomontanos, en varios municipios sus habitantes siguen denunciando la percepción de malos olores y emisiones prohibidas.

Que además de ello, por coincidencia se empata con los reportes de fuertes emisiones registradas por las Unidades de Monitoreo precisamente de la planta de Pemex en Cadereyta.

Así que a parar oreja, toda vez que el asunto tiende a generalizarse y si ya hay quienes coinciden en señalar que esto se incrementa durante la noche, hay quienes dicen es todo el día.