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Opinión Editorial


Presidente en campaña


Publicación:13-05-2023
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La propuesta obradorista referente a que los ministros de la Corte sean elegidos en las urnas "por el pueblo" parece más bien un arrebato emocional

Inicia la mañanera, el Presidente con los guantes puestos, inclemente, esta vez tunde a la Suprema Corte de Justicia de la Nación por haber invalidado por 9 votos contra 2 la primera parte del plan B electoral impulsado por el mismo Ejecutivo, a causa de haber incurrido en numerosas violaciones a lo largo del proceso legislativo. "El Poder Judicial no tiene remedio, está podrido, actúa con prepotencia y autoritarismo", se trata del "Supremo Poder Conservador". "Un ministro de estos gana tres veces más que el Presidente, tienen fideicomisos que no transparentan por 20 mil millones de pesos".  AMLO alertó a los Diputados a revisar dichos fondos al elaborar el próximo presupuesto de egresos. Pregunto: ¿De haber votado a favor de la iniciativa presidencial, la SCJN estaría también irremediablemente podrida, sería prepotente y autoritaria? ¿La remuneración a favor de los ministros de la Corte, es a contentillo, a su capricho, o está legislada? En todo caso lo procedente sería ajustar las leyes a manera de que los ingresos y prerrogativas de dichos funcionarios dejen de ser desproporcionados. Igualmente, ¿los fideicomisos de marras proceden?, en caso contrario que se tomen las medidas conducentes para que no haya opacidades ni dudas al respecto. Lo fundamental es no vincular situaciones ajenas a la específica determinación de la Corte.

Fiel a su renuencia a reconocer opiniones en contra, López Obrador anunció el advenimiento del plan C, tendiente a reformar constitucionalmente al Poder Judicial, a fin de que los ministros de la Corte sean elegidos "por el pueblo", para lo cual enviará una iniciativa en septiembre de 2024 -ya empacando para irse a su rancho-, misma que será aprobada abrumadoramente, ya que los legisladores de Morena habrán obtenido mayoría absoluta en las elecciones de junio previo. O sea, el señor Presidente de la República, quién supuestamente gobierna imparcialmente para todos los mexicanos, pide abiertamente que en las próximas elecciones, su partido, Morena, sea favorecido masivamente para controlar el Ejecutivo y el Legislativo y luego poder añadir también al Judicial. ¿Cómo se llama la obra? Presidente en campaña.

Sorprende Ricardo Monreal, el renuente aspirante a actuar por consigna, quien apenas declaró que "la Corte es la última instancia jurisdiccional y todos estamos obligados a observar la resolución judicial", el que tras dos años de aislamiento, al ser recibido y redimido en Palacio, decide unirse al coro de los devotos, sosteniendo ahora que las atribuciones de control parlamentario ejercidas por la Corte son indebidas, mostrándose contrario a que sustituya al Congreso, enfatizando que el Legislativo tiene facultades de control parlamentario sobre los ministros, entre ellos, el juicio político. Me parece fuera de contexto, ¿llevar a juicio político a los ministros porque no les parece una resolución? Diego Valadés: "Las sentencias quedarían sujetas a la satisfacción de los sentenciados, como en las dictaduras".

La propuesta obradorista referente a que los ministros de la Corte sean elegidos en las urnas "por el pueblo" parece más bien un arrebato emocional; de entrada se partidizaría la selección y elección de candidatos, además ¿quién financiaría todo el proceso?

Y pensar que el recorrer el abecedario con planes, proviene de la obstinación presidencial de que sólo sus chicharrones truenen.



« José Rubinstein »