El México que tenemos, descrito en ambiente social, político y económico es muy preocupante. Ya traspasó nuestras fronteras y también es ahora, un tema crítico en la agenda internacional. La famosa cuarta transformación se vive en los números crecientes en violencia, pobreza, corrupción, impunidad y riesgos democráticos y económicos. Pero el presidente AMLO sigue aferrado al pasado conservadurista como culpable de todo lo que sucede; a su ego que lo ubica en su imaginario como héroe del cambio y poseedor de la verdad; y a justificar realidades con narrativas amenazantes, autoritarias y groseras lejos de análisis objetivos. 

El resultado es una sociedad polarizada, confundida por la información tan diversa que circula, en crisis de confianza y credibilidad, pero, sobre todo, lastimada del entorno poco estimulante, sin visión de bienestar y que genera temor.

Por mencionar los últimos temas: 

Primero. La carta dirigida al Parlamento Europeo, a cuyos integrantes llamó borregos, incultos y desde luego opositores a la cuarta transformación, fue un documento insultante hacia los 705 parlamentarios y fuera de protocolo diplomático.

“Evolucionen porque es mucho el atraso, es mucho pueblo el de Europa para tan pequeños políticos y gobernantes… son muy conservadores, con mentalidad colonialista”, fue parte de su respuesta ante el señalamiento de la violencia y muertes contra periodistas y crítica a la prensa mexicana por parte del gobierno de México, lo cual es cierto. Llevamos 32 periodistas muertos en lo que va del sexenio.

Segundo. Con pretexto de la austeridad, del combate a la corrupción, del desmantelamiento del neoliberalismo o, por optimización de funciones, ha desaparecido programas e institutos. El más reciente, el Programa de Escuelas de Tiempo Completo, alternativa quizá única para los 3 millones 600 mil niños de recibir al menos un alimento al día y educación. Operaba en más de 25 mil planteles en zonas marginadas del país y su suspensión provocará mayor deserción escolar y rezago educativo entre niños en situación de pobreza. 

Esto se une a la desaparición durante su sexenio del Programa de estancias infantiles, del Instituto Nacional de Desarrollo Social, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Seguro Popular, el Fondo para Atención de Emergencias, el Fondo de Gastos Catastróficos en Salud, el Instituto Nacional del Emprendedor, así como fideicomisos destinados a apoyar la ciencia, la tecnología, el campo, el deporte, la cultura. Las funciones se estructuran “a modo”, es decir, se alinean a programas creados por el gobierno para asegurar que no habrá críticas al ejercicio de la 4T y manipular sus actividades.

Tercero. La crisis mundial que estamos viviendo con la guerra en Ucrania no ha tenido contundencia en la posición de México. El gobierno si bien ha expresado su posición para el cese al fuego y ayuda humanitaria, ha reaccionado con tibieza. El canciller Ebrard dijo que México podría unirse a sanciones económicas a Rusia solo si el Consejo de Seguridad de la ONU lo avala.

Cuarto. El avance creciente del crimen organizado deja en evidencia la nula estrategia de seguridad que tenemos. Estamos en una guerra de cárteles a la que el ejército mexicano no ha podido combatir. Todos los días tenemos imágenes y noticias terroríficas: El fusilamiento de 12 personas en Michoacán y la limpieza-desaparición de los cuerpos de las víctimas, cabezas cortadas, personas colgadas en puentes, fosas encontradas en patios, capturas de capos y las constantes muertes de implicados y civiles; crisis en todo el país principalmente en Zacatecas, Quintana Roo, Chihuahua, Guerrero, Colima y Michoacán. Se calcula que en México muere un policía al día.

Quinto. Los múltiples cuestionamientos en las obras estratégicas del aeropuerto Felipe Ángeles y del Tren Maya entre los que se encuentran la dificultad en el acceso y las supuestas deficiencias de la torre de control en el aeropuerto; y la afectación a las zonas naturales por la construcción del Tren. Según especialistas ambientales el cambio de ruta del Tren Maya pone en riesgo la fragilidad de los ríos subterráneos adicional a la tala de árboles que se calcula llegarán a más de 8 millones. Por supuesto, presupuestos que también cambian al alza y sin transparencia operativa por “blindaje” de proyectos como seguridad nacional.

Sexto. Las dudas y escándalos de Julio Scherer y del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, y la manera de proteger y defender lo indefendible con ellos. La suprema Corte probará su autoridad moral ante presiones políticas. 

Séptimo. Las diferencias con Estados Unidos en política energética, migración, combate al crimen y cuestiones comerciales han tensado la relación entre ambos países. Aunque AMLO está consciente de la dependencia con el país vecino empiezan a surgir divergencias en visiones que podrían convertirse en problemas mayores.

Y no hablamos de economía ni de los más de 5 millones de contagios y más de 300 mil muertes acumuladas como resultado del mal manejo de la pandemia.

No hay un tema que la libre. Siempre habrá problemas, pero no se ve rumbo ni liderazgo.

Salvemos a México.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com