Aunque no se quiera y mucho menos sea un deseo, porque daría al traste con años de lucha democrática y construcción de un Estado con simpatías, el gobierno parece haber entrado en una fase de descomposición general. Caprichos, afanes de imposición, una visión piramidal y no horizontal y el desprecio a la disidencia y a la oposición, son los signos distintivos que lo han postrado.

No es solo el asunto del nombramiento del Fiscal del Estado, en el cual no está de acuerdo el gobernador Samuel García, es el reflejo de la ausencia de eficacia y astucia política para resolver el problema. Se quiere ir por el lado de la imposición, el veto, y no por el camino del respeto a la diferencia de poderes, que aunque no se cuaje facto, sí es un anhelo.   

Y ese asunto ha complicado la situación política del estado, no el asunto del Fiscal, sino de la ausencia de tablas de salvación. Y entonces, como una treta casi infantil, se retiene los presupuestos a los municipios que no son afines al color naranja, y nacen pleitos entre el poder legislativo y el ejecutivo, Y entonces los tres poderes están en problemas: No hay Fiscal, el gobernador no puede y los diputados se han montado en su macho.

La descomposición a todo lo que da. Como nunca antes. Porque además los problemas del estado no se han solucionado. Al contrario, se han agravado. El simple hecho de que el Ejecutivo haya decidido aumentar impuestos es ya de por sí lesivo a los bolsillos ciudadanos. Hay impuesto por todo: si sacas un premio en alguna rifa, si ganas en el Casino, si cambias de auto, si vas a un concierto. Existen más de 25 impuestos que afectan al ciudadano.

Y no solo eso. Todavía ni se mejora el transporte y ya aumentó la taifa, la del Metro a 15 pesos, nomás porque hay más Unidades Transmetro. No hay agua y aumentó la tarifa del servicio. Los feminicidios siguen al alza y, aunque es trabajo de la Fiscalía, es fecha que no se encuentran los culpables del asesinato de Debhani. Se está llevando a cabo, sin necesidad, el replaqueo de autos con un claro fin recaudatorio, no para combatir la inseguridad. Y además pronto vendrá la verificación vehicular. Los cárteles de la droga no se han ido del estado. La contaminación no disminuye. 

Lo más grave o, mejor, igual de grave, es el pleito que el Ejecutivo sostiene con los alcaldes que no son de su partido. A esos municipios, de PRI, del PAN, de Morena y Verde, les ha congelado las cuentas y no les ha depositado las participaciones que por ley debe hacer. Entonces los alcaldes se unieron y formaron el Pacto Por Nuevo León representado por el alcalde de Apodaca, César Garza Villarreal, quien si de algo sabe es de política. 

  “Nos jinetearon participaciones y fondos federales y retuvieron las estatales. Es perverso este desinterés por el municipio, a ver cómo le hacen. Y para colmo, a los municipios de zonas rurales que tenían prestadas en comodato patrullas, ambulancias y camiones de basura, el gobierno les exigió regresarlos inmediatamente.”, denunció Garza Villarreal.

“No se puede ser gobernante, jugando caprichosamente: hagan lo que yo digo o me llevo mis carritos y les doy pamba a todos”, definió César Garza la situación actual del gobierno.