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Opinión Editorial


No se hagan bolas, son las PYMES


Publicación:10-03-2020
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Dada por sentada su relevancia, habría que voltear a ver a quienes las dirigen para comprender su grado de competitividad

Desde su fundación en 1929 hasta el triunfo de Vicente Fox en el 2000 el PRI llegó a ser el partido en el poder más longevo del mundo.  El cambio de timón se debió a una serie de eventos concatenados siendo uno de ellos el asesinato del candidato Luis Donaldo Colosio a principios de 1994.  Unos meses atrás, ante el zipizape entre aspirantes, el entónces presidente Carlos Salinas de Gortario pronunció su célebre frase: “no se hagan bolas, el candidato es uno”, aclarando sin precisar que Colosio era el ungido.  Igualmente el expresidente Obama mencionó al menos en 2,924 ocasiones su frase equivalente “make no mistake” para dejar en claro sus verdaderas intenciones.

Al igual que los citados expresidentes, quisiera también humildemente subrayar un tema que comunmente ha sido ignorado, denostado y urge voltearlo a ver… las PYMES.  Las estadísticas sobre ellas son tan variadas como las fuentes, pero en terminos generales, concurren en que: son más del 99% de las empresas formales, emplean al 70% de los trabajadores, aportan más del 50% del PIB y, al no poder costear una planeación fiscal, porcentualmente pagan más impuestos que las empresas grandes.  Sin duda, desde el punto de vista económico y laboral es patente la ingente trascendencia de las PYMES.

Dada por sentada su relevancia, habría que voltear a ver a quienes las dirigen para comprender su grado de competitividad.  Según un estudio de Mckinsey & Company del año 2014 titulado El Cuento de los 2 Mexicos (“A tale of Two Mexicos”), narra que durante los últimos 20 años las grandes multinacionales mexicanas han aumentado su productividad anual en 5.8%, mientras las PYMES han caído 6.5% anualmente en el mismo período.  Esto se debe a diversos factores, pero sin duda una ubicua causa raíz es el bajo nivel de escolaridad.  Según la OCDE, para América Latina solo entre el 40-50% de los jóvenes entre 18-22 años terminan bachillerato y entre 17-37% cuentan con educación universitaria.  Si por su baja escolaridad la masa critica de los mexicanos son funcionalmente iletrados, podríamos inferir una alta correlacion entre la caída en productividad de las PYMES con los tímidos estudios de sus timoneles.  De ahí que, de manera fehaciente, uno de los grandes yunques que limitan el crecimiento de México es justamente la falta de herramientas académicas en la toma de decisiones de los capitanes de las PYMES.

Más allá de la limitante académica, los dueños de las PYMES están tristemente solos en la toma de decisiones pues normalmente no ventilan los problemas de sus empresas con amigos, ni con parientes. Pero, ¿Qué pasaría si las PYMES tuviesen un consejo que los ayudara?  Veamos, por principio de cuentas no es casualidad que practicamente todas las empresas o instituciones grandes tengan un consejo directivo, un consejo consultivo o algún consejero de cabecera (“trusted advisor”). Indistintamente de si el consejo es obligatorio o si el grado de autoridad que se le confiere esté claramente establecido en los estatutos o ley organica, lo cierto es que casi todas lo tienen.  El consejo funge como una caja de resonancia en la toma de decisiones, es igualmente un faro que alumbra el camino, es un compás que traza el mapa de ruta y funje como el abogado del Diablo al cuestionar las decisiones del director general.  En base a lo anterior, tendría mucho sentido que, a imagen y semejanza de las empresas mayores, también las PYMES tuviesen un consejo.  Pero, ¿En quien confian las PYMES, con quien rebotan sus ideas, sus proyectos, sus innovaciones y sus sueños?  Lamentablemente, están muy solas.  Por otro lado el gobierno ha insistido en diseñar programas de apoyo que son mas sexy y románticos que pragmáticos.

En relación a lo anterior me viene en mente aquél poderoso pasaje bíblico donde Jesús le dice a Marta cuando se quejaba de que su hermana solo se dedicaba a escucharlo a El y no a trabajar; “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas cuando hay necesidad de una sola”. Y ¿Cuál pudiese ser ese tema tan necesario para México? Según datos del IMSS, por segundo año consecutivo se perdieron empleos formales en el país y diciembre 2019 experimentó la mayor cancelación de plazas laborales en una década, 382,210 puestos de trabajo. Con toda justicia, todos los programas gubernamentales de apoyo empresarial son importantes y jamás serán un tema de suma cero; incubación, emprendimiento o transferencia de tecnología, pero el que es absolutamente necesario es el que más coadyuve a las PYMES a generar empleos.  Justamente sobre ese tema la semana pasada le pregunté a la Dra. Victoria Galan Muros, quien merecidamente recibió el galardón Flama, Vida y Mujer 2020 por Vinculación Internacional de manos del Rector Rogelio Garza Rivera de la UANL.  Victoria me comentó que, en base a su experiencia de vinculación académica europea, había encomiables ejemplos en Warwick y Finlandia (Team Academy), pero que indiscutiblemente la vinculación con egresados y PYMES, era aún un tema pendiente.  Sí mencionó que normalmente eran los gobiernos quienes tenían programas de desarrollo de PYMES, aunque más enfocados en medir el número de intervenciones que en su impacto económico. En ese tenor, ¿Cómo vamos México?

La semana pasada mencioné que el World Trade Center Monterrey UANL tenía un programa de apoyo a PYMES con la metodología del “Small Business Development Center” (SBDC) con la cual coadyuvó a que más de 1,000 PYMES generaran y conservaran cerca de 10,000 empleos en los últimos 4 años, amén del aumento en ventas por más de MXN$1,639 millones.  Considerando 2,500 como un promedio anual, el impacto no es menor ya que, según cifras oficiales, Nuevo León generó el año pasado 16,402 empleos. La metodología SBDC no es ciencia oculta y consiste en convertirse cabalmente en un tipo de consejo consultivo de PYMES con un diáfano enfoque a resultados.  El equipo de asesores son profesionales académicamente preparados que trabajaron, vendieron u operan empresas, son empáticos con los retos de las PYMES y tienen uñas y dientes para aconsejar y guiar a empresarios PYMES.  Por otro lado el WTC Mty UANL ofrece semanalmente cursos, talleres y seminarios para dar mayores herramientas a los dueños de las PYMES y sus trabajadores en su toma de decisiones.  Solo imaginemos por un momento qué pasaría en México si lo que está haciendo el WTC Mty UANL se pudiera replicar.  ¿Qué tanto mayor sería el impacto económico en Nuevo León si el estado impulsara y multipicara lo que estoicamente hace ese centro universitario?

Quizás Carlos Salinas u Obama pudieran contestar: no se hagan bolas… son las PYMES. Subrayo que el reto para México es mayusculo pues tomará mucho tiempo alcanzar una mayor masa crítica de mexicanos altamente educados para liderar sus empresas.  Igualmente es urgente acompañar a las PYMES en su toma de decisiones por vías de asesoría y capacitación para que así ofrezcan más empleos y mejor remunerados. Debo insistir que, aunque el 100% de la oferta laboral fuese pertinente con lo que requieren las empresas, aún así habría que apoyar a incrementar la demanda laboral, particularmente en las PYMES. En ese tenor, espero en Dios que en breve se pueda cristalizar una iniciativa conjunta, holística e incluyente, de la Secretaría de Desarrollo Económico y Trabajo del Estado encabezada por el Ing. Roberto Russildi Montellano y la Comisión de Desarrollo Económico del Consejo Nuevo León que preside el Lic. Francisco Garza Zambrano.



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