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Opinión Editorial


Narcos, fentanilo y homeless


Publicación:06-09-2020
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El problema del narcotráfico es un problema global.

El problema del narcotráfico es un problema global que requiere soluciones integrales. Para el caso Norteamérica, también es necesario que las autoridades trabajen de manera coordinada, considerando que se trata de un fenómeno transnacional, que daña a México, Estados Unidos y Canadá.

No es un problema menor, estamos ante un reto que no ha logrado una solución posible aún, y que cobra cientos de vidas diariamente, especialmente en México con el tema de la violencia generada por los grupos criminales, y también en el norte del continente, ya que en Estados Unidos y Canadá, también operan pandillas, que son grupos organizados de criminales que se encargan de la distribución de las drogas que ingresan al mercado callejero, de los ajustes de cuentas y del control de giros negros.

El caso más grave que enfrentan actualmente las autoridades canadienses y norteamericanas son las muertes por sobredosis motivadas por la ingesta de fentanilo. Un compuesto químico analgésico tipo opioide, más potente que la heroína y mucho más barato. Estos muertos no sólo son en las grandes urbes, también en pequeños pueblos donde el fenómeno social del homeless es cada vez mayor.

El homelesses un término en inglés que se utiliza para describir a un paria moderno, es decir, alguien excluido socialmente pero que no vive necesariamente expulsado físicamente de la ciudad, como lo era en la antigüedad,  más bien vive en el corazón de la misma; es una persona que no posee un resguardo (shelter), un cobijo dónde vivir, por lo que deambula y duerme de manera itinerante. Generalmente lo hacen en el centro de la ciudad, duermen donde pueden mientras las condiciones climáticas se los permitan, cuando no es así, generalmente reciben apoyo externo para pernoctar en un refugio especial para ellos.

En México tenemos personas en situación de calle, algunos les llaman  en situación de indigencia, entendiendo ésta como alguien que no posee los recursos materiales necesarios básicos para su supervivencia (alimentos, vestimenta, hogar…);  los vemos caminar por las calles durante el día, antes de que anochezca por lo general acuden a algún centro de apoyo comunitario donde les brindan comida. Esto lo podemos observar en Monterrey debajo del puente de las avenidas Gonzalitos y Madero, donde se reúnen muchas personas sin hogar, además de migrantes centroamericanos y familiares de personas internadas en el Hospital Universitario.

Muchos voluntarios trabajan allí, también reciben apoyo espiritual, ya que acuden oradores religiosos a dar sermones a la audiencia presente, para posteriormente brindar apoyo material. Ese es el caso Monterrey, pero si uno se desplaza a la plaza principal de Ciudad Guadalupe, dentro del área metropolitana, también encontrará a una gran cantidad de personas sin hogar que están allí, en las bancas o sentados en los escalones de la iglesia católica principal  o en el kiosco ubicado enfrente de la entrada al palacio municipal.

Seguramente habrá que realizar un estudio de esta población flotante, y obtener un perfil más detallado, considerando la gran cantidad de población migrante que ha llegado recientemente a la ciudad de Monterrey, ya que vemos grupos familiares sin techo que viven de solicitar ayuda en los cruceros, estando presentes toda la familia nuclear, incluyendo al papá.

El perfil de las personas sin techo, seguramente es difícil de establecer, pero observamos que generalmente padecen algún tipo de enfermedad mental, abusan o han abusado de drogas, son solitarios, recogen basura para obtener dinero del reciclaje y, cuando ya tienen tiempo en esta condición, establecen un área geográfica de la ciudad para desplazarse durante el día y dormir en la noche.

En ocasiones estas personas obtienenalgún tipo de vehículo (carrito de supermercado) para transportar sus pertenencias, además, llevan consigo algún tipo de mascota extraviada que ellos rescatan de la calle, y su nivel de limpieza depende en gran medida, de su deterioro mental y social.

En el caso de los homeless en Canadá y  Estado Unidos, probablemente sus condiciones sean distintas, más vinculadas al consumo de drogas. Es así que en ciudades como Calgary, una de las más prósperas de Canadá, la muerte por sobredosis de fentanilo ha sido declarada como un problema de salud pública.

Recorrer las calles de Vancouver, Montreal, San Antonio, Chicago o  Houston, implica encontrar homeless, homeless y más homeless. Generalmente se inicia esta vida des venturosa  con diversas situaciones biográficas adversas (orfandad, abuso sexual o físico, familias disfuncionales, cárcel, uso de drogas lícitas de entrada: tabaco, alcohol y mariguana…), para transitar posteriormente al uso de drogas más fuertes y de mayor riesgo de adicción física y psicológica inmediata, especialmente las de carácter sintético como el fentanilo.

Una vez que la persona inicia su trayectoria en el mundo de las adicciones, su suerte está echada, y generalmente está no es favorable. Su mundo comienza a resquebrajarse: pierde su relación afectiva de pareja, se desvincula de  la familia,  los amigos, y así llega a una soledad aplastante, que se expresa de manera nítida, en el homeless que recorre las calles de ciudades y pueblos.

La muerte por fentanilo es una epidemia grave, mueren cientos de  personas diariamente tanto en Canadá como en Estados Unidos; en British Columbia, el problema por sobredosis tiene alarmadas a las autoridades, considerando alrededor de 60 muertos al mes, en un lugar donde se posee uno de los mejores niveles de calidad de vida.

En el caso de Nelson, British Columbia, se trata de un pequeño poblado de 10.000 habitantes, a la orilla  de las majestuosas montañas de Selkirkcon grandes pinos, cascadas y vida silvestre, además del lago Kootenayen el fondo. Allí se tiene un 8% de personas en situación de calle, homeless que contrastan con el estilo cultural y artístico de este poblado.

Debido a que existe demanda de drogas ilegales, el mercado negro está vibrante en British Columbia como en otras provincias canadienses  y, con ello, el auge de  grupos  criminales  que distribuyen los productos a sus clientes adictos. Esto ha motivado que en la ciudad de Vancouver aumente la criminalidad y también en British Columbia, donde operan diversos grupos (pandillas) que pelean el control del mercado negro; esta guerra ocurre entre los Soldados independientes, el Grupo de Crimen Sanghera, laButtarGang, los Bacon Brothers, la cuadrilla de las Naciones Unidas,los Escorpiones Rojos y el capítulo de Vancouver de losHellsAngels.

El tráficotransnacional de drogas ilícitas representa una verdadera amenaza de seguridad y también un problema de salud por motivo de las adicciones y la violencia que conlleva. Los grupos criminales son tan peligrosos en un lugar como en otro, sin embargo, los sistemas de justicia y las fuerzas policiacas poseen mayor fortaleza o acusan debilidad institucional de carácter diverso, tanto en México, Estados Unidos como Canadá.

En México observamos ejércitos privados de los cárteles de la droga luchando por territorios en una guerra sin cuartel; en Estados Unidos y Canadá, observamos la emergencia de una clasesocial marginada, parias modernos sin hogar, en gran medida con adicciones, y que deambulan las calles de manera desorganizada, dependiendo de las pandillas que se encargan de la distribución, y muy especialmente de su drugdealer, quien les entrega de manera personalizada y expedita tan anhelado producto.

Tan hondo ha calado la cultura de las drogas en Estados Unidos y ahora en Canadá,  como lo vemos  reflejado en la letra de la canción de Nickelback I wanna be a rock star, cuando asegura que todos necesitamos un vendedor de drogaque esté al  alcance de una llamada telefónica: “Everybody´sgot a drugdealeronspeed dial…”.





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Arturo Delgado Moya

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