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Opinión Editorial


Morena y el subejercicio de la dignidad


Publicación:08-08-2022
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El gobierno de Morena no rinde cuentas porque no le importa y porque ni siquiera sabe hacerlas.

El gobierno de Morena no rinde cuentas porque no le importa y porque ni siquiera sabe hacerlas. Lograr que un funcionario público comparezca ante una comisión del Congreso implica una negociación que puede llevar un año.

Después de diez meses se logró que compareciera la titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Si un funcionario de pasados gobiernos se hubiera atrevido a tratar así una petición del Congreso, las mismas personas que hoy componen el gobierno hubieran pedido su renuncia. De esa reunión informó EL UNIVERSAL con el título "Fondos del Conacyt van a obras claves del gobierno". Y todos sabemos a qué obras clave se refiere.

Y así fue. En la reunión con legisladores, la titular del mencionado organismo declaró que los 25 mil millones de pesos que formaban parte de los 91 fideicomisos de ciencia y tecnología se aplicaron a los megaproyectos del gobierno. Es decir, Elena Álvarez Buylla, utilizada para perseguir científicos y limitar libertades, es también utilizada para permitir este desvío de recursos en contra de lo que ella misma debería de defender. En su cara se destruye cualquier desarrollo en pro de la ciencia y la tecnología y ella tan tranquila.

Y no es la única. Con esa misma indignidad están actuando todas las secretarías.

La Secretaría de Educación reporta un subejercicio de más de 20 mil millones de pesos. Tenemos millones de niños y niñas que desertaron de los planteles, miles a los que les quitaron el programa de Escuelas de Tiempo Completo, miles más de escuelas sin infraestructura básica y tecnológica y, sin embargo, no se ejerció el presupuesto en esas áreas.

En Morena, los hombres y las mujeres se rinden ante un solo hombre. Ese dinero que dejan ir se va a la Secretaría de Hacienda para alimentar los caprichos de una persona sin importar la corrupción y la opacidad en las que se desarrollan esos proyectos; sin importar que sea a costa de la salud, la educación y el futuro de los mexicanos.

Ya sabemos que el dinero de ahorros y subejercicios se va a la Secretaría de Hacienda, pero ¿a dónde se va la dignidad del funcionario o de la funcionaria que lo permitió sin reclamo alguno? Por favor secretarios y secretarias: ¡defiendan el presupuesto! Defiendan al pueblo de México por amor propio, aunque sea.




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