Una de las consecuencias más terribles del neoliberalismo, además de la pobreza extrema y el desempleo, es la pérdida de la identidad nacional, del patriotismo, del nacionalismo, valores que se inculcaron desde la educación primaria y mediante los cuales estamos orgullosos de ser mexicanos.    

E igual de dañina es la ausencia de historia, no sólo en las materias escolares para los alumnos sino en los ciudadanos en general, aletargados por ganarse la vida en el mejor de los casos y en el peor, obnubilados por la televisión, el futbol y los chismes de face. La historia es la que nos da la vida presente.

Por eso, más que importante, es trascendente la publicación del libro en segunda edición Hombres de la Reforma, cuyo autor Ricardo Covarrubias por estas fechas cumple 50 años de fallecido. Para honrar su memoria se publicó el libro, corregido y aumentado. Ha sido posible gracias a la generosidad de Mario Fernández Quiroga, quien siempre ha alentado la cultura de la misma forma en que ha luchado por la democracia y la transformación de México.

Hombres de la Reforma agrupa 47 biografías de hombres eximios que apostaron a favor de la defensa de la patria en uno de los periodos más conflictos de la historia como fue la invasión francesa. Todos esos hombres, con ideales y amor a México, desde sus posiciones como abogados, intelectuales y ciudadanos, se sumaron al esfuerzo del presidente Benito Juárez por construir una nueva nación.

Mario Fernández Quiroga señala que “El impulso de ellos fue determinante para alcanzar, por segunda, vez, la independencia de nuestra patria y su vigor y valentía, su talento y patriotismo sirven ahora, en nuestros días, como fuente inspiradora para dar certeza a los rumbos de la nación”. 

Abel López Moreno, curador de la obra, subraya: “El libro Hombres de la Reforma nos invita a reflexionar sobre sus pensamientos, que en muchos aspectos sigue siendo actual. Los integrantes de la generación de la Reforma, encabezados por Benito Juárez, son ejemplo de perseverancia, de entrega y convicción para salir adelante, pues hay que recordar que el entorno en el que vivieron era de limitaciones”. 

Entre los próceres que aparecen en el libro, todos signados por un alto concepto moral y amor a México, se encuentran: Juan Alvarez, Ponciano Arriaga, Melchor Ocampo, Manuel Doblado, Luis Mora, Santos Degollado, Mariano Escobedo, Ignacio Zaragoza, Miguel Lerdo de Tejada, Miguel Cástulo Alatriste, José María Arteaga Magallanes, Juan José Baz Palafox, Manuel Cepeda Peraza, Modesto Arreola, Ramón Corona Madrigal. 

Las acciones de estos adalides, plenas de sinceridad y valor, son caminos para andar en este tiempo tan cerúleo. Su convicción, su lealtad, a las mejores causas de la nación, su vocación de entrega, a pesar de que podían perder la vida, los convierte en referencias y ejemplos a seguir.   

Si Mario Fernández Quiroga se empeñó en la publicación del libro, queda entonces para nosotros la tarea de leerlo. Y más que una simple lectura, es aprender el testimonio de hombres que arriesgaron su vida para darnos una patria democrática y justa en la que podamos vivir sin sobresaltos.