banner edicion impresa

Opinión Editorial


?Los eslabones en el caso Toledo


Publicación:21-08-2021
version androidversion iphone

++--

"Si pasas esta raya, te mueres. Aquí solo entra gente de Toledo"

Una mañana de octubre de 2015 el exjefe delegacional de Coyoacán Mauricio Toledo citó a quien había sido su colaborador Alejandro Robles a un desayuno en Cocobongo (ahora llamado Café Tukurek), un restaurante sobre Calzada de las Bombas. Al llegar, el invitado no se sintió en confianza y decidió pedir solo un café y un jugo. Mauricio no lo esperó y ya deglutía unas gratinadas enchiladas suizas en la pequeña fonda, donde lo resguardaba un hombre armado patrocinado por la Procuraduría de la Ciudad de México.

"Ya le entendí a esto para hacer negocio, si le entras vamos a ganar un chingo", le dijo Toledo al proponerle ser el director jurídico de la delegación a la que recién había llegado como jefe Valentín Maldonado.

Robles se negó y así firmó su sentencia de destierro por amenazas de muerte. Días después la esposa de Alejandro recibió una llamada en la que la amenazaron con hacerle daño a sus hijos. Horas después él mismo recibió un mensaje de advertencia que decía "cuida a tus hijos".

Robles sabía a lo que se enfrentaba: había trabajado bajo el cobijo de Toledo para el PRD años atrás —desde que se conocieron en la facultad— y así fue como llegó a una diputación, pero, con una condición: entregar de manera íntegra su sueldo. "Son para causas del partido y para pagar a la gente que no aparece en nómina", le aseguró su compañero.

Él lo aceptó porque le movía la escena política, el activismo legislativo y estar presente en los círculos rojos. Pero cuando quiso promover reformas para que no se modificaran los usos de suelo a favor de las mafias inmobiliarias recibió una llamada de su compañero de universidad: "No sigas con esa iniciativa porque afectan al patrón (Miguel Ángel Mancera, entonces jefe de Gobierno)".

Hace una semana se libró la orden de aprehensión contra Toledo por enriquecimiento ilícito y otros delitos, mientras él se esconde en Chile. La pregunta es ¿quién investigará los eslabones sueltos alrededor de este personaje que por años controló esta zona de la ciudad poniendo a sucesores, golpeadores y liderazgos territoriales violentos?

En la campaña de 2018 un candidato del que omito su nombre intentó entrar a los "Culhuacanes", estas zonas habitacionales llamadas Culhuacán CTM y sus respectivos números. Al arribar con su equipo se le presentaron unos hombres con armas. "Si pasas esta raya, te mueres. Aquí solo entra gente de Toledo", le dijo un fornido de 1.90 metros de estatura. El aspirante a alcalde decidió retirarse.

Las fuentes y expedientes a los que pude tener acceso señalan años de violencia de operadores que golpeaban en eventos políticos a enemigos para reventar los actos; cobros de cuotas a ambulantes y narcomenudistas, sobre todo en zonas cercanas a la UNAM; y favores en cambios de uso de suelo para los cárteles inmobiliarios.

Ahora es buscado por el manejo de recursos por 34 millones de pesos de los que no es regular su procedencia. Lo evidente es que ningún gran criminal hace las cosas por sí solo. Es tan fácil como observar el tablero de votaciones para el desafuero del hasta hace poco diputado federal Toledo. Él pertenecía a un bloque entre diputados del PT —organización a la que saltó al no ser aceptado en Morena— y los del Verde Ecologista, ligados al gobernador electo de San Luis Potosí José Gallardo, quien ha sido relacionado con la delincuencia organizada. Suenan alrededor de este personaje perseguido por la justicia los nombres de Miguel Ángel Mancera, Héctor Serrano, Jorge Romero, Valentín Maldonado, Francisco Mendoza y el ahora alcalde electo por Coyoacán, Giovanni Gutiérrez.

¿Se excavarán los cimientos de la corrupción a profundidad para detectar esos eslabones que, claramente, crearon esta red de beneficio de unos cuantos a costa de los ciudadanos?

La respuesta la sabremos en los próximos meses o años.



« Sandra Romandía »
Sandra Romandía


Publicaciones del autor