Opinión Editorial
Lo que viene
Publicación:02-01-2025
++--
Todo por no ponerse de acuerdo y pensar solo en sus prioridades y no en las de los ciudadanos
Inició el 2025. La realidad objetiva es que, hasta el momento de escribir estas líneas, el estado de Nuevo León no cuenta con un presupuesto autorizado. Por tercer año consecutivo deberá de utilizarse como base el presupuesto de 2022.
Así es de que no espere obras que pueden ser necesarias para evitar futuras afectaciones en materia de movilidad, abasto de agua y seguridad, eso sí, prepárese para una avalancha de infomerciales de todo calibre y de todas las autoridades en el estado, así que seguramente se gastará más en publicidad y menos en obras, por aquello que se pudiera ofrecer con miras a la sucesión del 2027.
Por lo pronto los diputados locales ya comienzan a cantar aquella canción que hiciera popular Pedro Infante hace muchos años que decía "si te vienen a contar cositas malas de mi..." porque van a salir con que ellos no impidieron la aprobación del presupuesto para este año.
El gobernador seguramente cantará la misma tonada pero en una versión fosfo fosfo, mientras insiste en presentar como obras terminadas algunos proyectos en proceso.
La verdad es que, comenzando con el transporte público que amenaza con convertirse en una bomba de tiempo ya sea que se apruebe o no el alza de las tarifas, en principio porque aunque se busca erradicar el uso de efectivo para su pago, parece que el propio gobierno estatal no ha tomado las medidas adecuadas para ello y, como lo reportó oportunamente El Porvenir, las tarjetas necesarias para el pago ya son objeto de un mercado negro que no tiene por qué existir.
Pero también la movilidad en general se verá afectada por la falta de un presupuesto, ya que, ante la imposibilidad de mejorar las vías urbanas, resulta una prioridad inaplazable mejorar el transporte público a través de la construcción de líneas de Metro y la puesta en servicio de más unidades del sistema MuevoLeón, lo que seguramente no ocurrirá debido al juego de vencidas entre los actores políticos estatales.
Gracias a las lluvias torrenciales del año pasado, las presas se encuentran llenas... por ahora, pero si este año o el siguiente no hay nuevas precipitaciones similares, dé por seguro que tendremos otra crisis en pleno año electoral y ahí puede arder troya y ocurrir algo similar a lo que pasó en 2024 en el plano federal. Sin contar con el pago de agua para EU.
De la seguridad poco hay qué señalar, el aumento en la violencia ocurrida en Nuevo León puede ser producto de lo que usted quiera, pero es una responsabilidad de los distintos órdenes de gobierno proteger a sus ciudadanos, sin presupuesto para tal rubro, eso no sucederá y habremos de vivir en peligro y con miedo.
Todo por no ponerse de acuerdo y pensar solo en sus prioridades y no en las de los ciudadanos. De la economía no hablaremos por el momento, ya que el entorno para este nuevo año será muy diferente a partir del próximo 20 de enero.
Abróchese el cinturón de seguridad.
« Raúl Guajardo Cantú »