La promesa que hizo Clara Luz Flores, al aceptar la candidatura de Morena a la gubernatura de Nuevo León, de No Mentir (No Robar, No Traicionar), es una burda mentira puesta en evidencia por ella misma al negar todo vínculo con Keith Raniere, el gurú pedófilo de la secta NXVIM disfrazada de cursos de superación personal, cuando en realidad sí mantenía una estrecha relación con el hoy condenado a 120 años de prisión.

Y eso se demuestra con el video puesto en circulación y que alcanzó niveles internacionales de difusión, en el que se ve claramente a Clara pidiéndole consejos para gobernar Escobedo, cuando era alcaldesa en el periodo 2018 -2021. El falso gurú, que marcaba a las mujeres como si fueran vacas con sus iniciales, recomienda a Clara el uso de la violencia. Y eso sí que lo aprendió Clara, puesto que ha sido el signo distintivo de operar al lado de su esposo Abel Guerra. Ya se vio hace dos semanas en Escobedo, cuando porros de un sindicado aliado a Guerra reprimió una brigada de la candidata del PRI Margarita Martínez. 

Clara Luz juró ante medios de comunicación que no había ninguna relación con la secta maligna, que inocentemente sólo tomó un curso en ESP (Executive Succes Programs)  filial de NXIVM en México (con un costo de 5 mil dólares) cuando en realidad hasta obtuvo la bufanda amarilla por su colaboración con la secta. Como con los masones, el pentatlón y los karatekas, las fajas o bufandas se dan por el grado de participación: faja azul, morada y dorada. La amarilla es para quienes van acumulando méritos. Hay una fotografía de Clara Luz con Keith Raniere portando la faja amarilla. Alega que desconocía el trasfondo de la secta, pero miente, porque en 2017 ya se sabía que Keith marcaba a las mujeres y abusaba sexualmente de ellas.    

Unas de las misiones de las integrantes de la secta era conseguir más mujeres, seis, para los servicios de Raniere. En eso participaban Rosa Laura Junco de la Vega, Daniela Padilla, Camila Garza, Loreta Garza, Mónica Durán, Mariana Fernández, las más allegadas al autoproclamado “hombre más inteligente del mundo”. Y lo hacían. Por eso ellas portaban las bufandas, incluidas las amarillas. Y es claro que Clara Luz participaba de alguna u otra manera. 

      Por cierto, Rosa Laura Junco de la Vega, era esposa de Fernando Elizondo Ortiz, hijo de Fernando Elizondo Barragán, sustituto de gobernador, ex Secretario de Energía y jefe de la oficina del gobernador Jaime Rodríguez Calderón. Los nexos con NXIVM son claros. NXIV era dirigido en México por Emiliano Salinas Ocelli .

      La sucia trama ha sido consignada por el periodista Juan Alberto Vázquez en el libro NXIVM, la secta que sedujo al poder en México (Grijalbo, 2020) y por Roberta Garza en el libro Márcame amo (Cal y Arena, 2020). Y es el mismo Juan Alberto Vázquez quien descubrió, con recibos de pagos en mano, que Mario Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena, también había pertenecido a la secta, aunque con un perfil bajo, a través de los famosos cursos de superación. No es gratuito, entonces, que Delgado haya maniobrado –violando estatutos y declaración de principios de Morena- para nominar a Clara Luz como candidata de Morena a la gubernatura.   

Clara Luz miente. Y ya traicionó al PRI que le dio todo. Al rato sale lo demás. No tiene Clara cara para decir que si gana dará atención prioritaria a las mujeres a través de varias acciones, como la puerta violeta. No tiene cara porque Clara perteneció a una secta que esclavizaba a las mujeres. Por eso al momento dos mujeres candidatas por la alianza de Clara, han renunciado a sus campañas. Ojalá y otras candidatas como Anilú Bendición, Julia Espinosa de los Monteros, María del Consuelo Alvarez, Delfina Beatriz de los Santos, por dignidad hagan lo mismo. De lo contrario, prácticamente serán cómplices de una mentirosa y traidora.