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Opinión Columna


La política y sus políticos


Publicación:29-01-2019
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Por muchos años el concepto de la política se ha relacionado con la actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar asuntos que afectan a la sociedad o al país. De igual manera, si nos vamos a las políticas públicas encontramos que son las demandas del Estado para la comunidad a través de bienes y servicios.


Entonces, entendemos que la política debe responder a cubrir las necesidades de la población por medio de obras públicas, administración adecuada del dinero del pueblo, pero sobre todo buscar el beneficio general y no como últimamente sucede con algunos políticos que entienden a la inversa esta máxima y se benefician ellos cuando ocupan algún cargo público o un puesto de elección popular. Primero ellos, y si alcanza para realizar obras o trabajo legislativo lo hacen, si no, no pasa nada o casi nada.


Cuando nos paramos a hablar de los políticos y su forma de ser y de pensar nos topamos con un mosaico de personalidades que les dan toque especial a su trabajo o a lo que aspiran a ser dentro de la burocracia nacional o estatal.


Y así, podemos encontrarnos al político que a pesar de tener una trayectoria larga dentro de este oficio ocupando varios cargos se ha estancado y ha sido un comodino en sus puestos, porque no ha destacado por su capacidad legislativa o de gestión y solamente va a ocupar un asiento en su trabajo.


También existe el que llega a un puesto de elección popular por accidente o porque sigue la inercia de otro personaje superior que lo jala con su popularidad y lo lleva a la victoria. Ya ganó, pero por obvias razones no cuenta con la experiencia o capacidad para desempeñar un trabajo decoroso. Por esta razón, es común ver que cometan algunas imprudencias en su forma de ser y presentarse ante la sociedad, porque muchos de ellos ni se imaginaban ocupar su puesto actual.


No podemos hacer a un lado a aquellas personas que de ser unos ciudadanos comunes y alejados totalmente de las cuestiones del servicio público y aprovechando la apertura a las candidaturas independientes, un día amanecieron con las ganas de ser alcaldes o diputados locales o federales. Como si administrar o legislar fuera una tarea muy sencilla.


La política debe tomarse de una manera formal, porque también existen personajes dentro de este ámbito que basan su popularidad o presencia en base a acciones que denigran su imagen.


También hay políticos que se contraponen a los que hemos mencionado y realizan de una manera adecuada su trabajo, son el lado bueno de la política. Aquellos que nunca se ven envueltos en escándalos, notas periodísticas o acusaciones de malas prácticas.


A grandes rasgos, estos son nuestros políticos, en los cuales recae el devenir de algunos municipios del Estado o los tres poderes de Gobierno, son los que toman las decisiones que afectan o benefician al pueblo, a sus gobernados.


La mala imagen que en términos generales tienen los políticos entre la sociedad no ha sido una cortesía popular, al contrario, no han hecho las cosas bien y es común observar en los diferentes medios de comunicación o redes sociales casos de desviación de recursos, tráficos de influencia, nepotismo o inacción.


Creo firmemente en la buena fe de los políticos honestos y trabajadores, esos que cargan en su espalda la creencia de que podemos ser un mejor municipio, estado o país. Ojalá que por el bien de todos y de manera gradual, el resto de los funcionarios públicos vayan desapareciendo hasta la extinción, para que ya dejen en paz a la sociedad, y si no ayudan, que no estorben, por favor.

 



« Redacción »
Efrén Jiménez Rodríguez

Efrén Jiménez Rodríguez


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