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Opinión Editorial


La noche de Ayotzinapa


Publicación:30-08-2022
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En México tragedias como la de la noche de Ayotzinapa parece que nunca se terminan de cerrar mediante un proceso de verdad y justicia

Ya sabíamos que había sido el Estado; ya sabíamos que diversas autoridades estuvieron involucradas, fueron omisas o participaron abiertamente. Sin embargo, el nuevo "Informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa", que presentó en dos ocasiones a la opinión pública Alejandro Encinas, es una pieza que cimbra el escenario nacional. Es una radiografía del Estado mexicano mafioso que ha sido capturado por el crimen organizado, con el signo de dinero y el negocio de la droga desbordado; es una expresión cruda de cómo funciona el sistema de injusticia en México, plagado de distorsiones, al servicio de la delincuencia y de los intereses políticos del momento. Ya sabíamos que Ayotzinapa era un crimen de estado.

Han pasado casi ocho años de la tragedia de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa que fueron asesinados de la mano del crimen y de la autoridad. Este informe se basa en miles de documentos, testimonios y otros informes de un proceso que ha sido largo y tortuoso. En México tragedias como la de la noche de Ayotzinapa parece que nunca se terminan de cerrar mediante un proceso de verdad y justicia. Así pasó con el 2 de octubre en Tlatelolco, que cada año se recuerda como uno de los pendientes de una justicia que nunca llegó, a pesar del enorme peso de la verdad de esa masacre.

De forma casi inmediata se descalificó este informe y fue equiparado con el otro, el de la "verdad histórica" de Jesús Murillo Karam. Sin embargo, hay que reconocer que se trata de una versión diferente. Para empezar, se establecen las densas redes de una telaraña que atrapó a los normalistas, en donde hubo bandas del crimen organizado, sicarios, matones, autoridades, desde alcaldes, policías municipales, estatales, y federales, hasta fuerzas armadas. Además, esta investigación no trata de mantener la tragedia en los niveles locales, sino que escala hasta los niveles más altos del poder, pero en las cadenas de responsabilidad se deja al margen al jefe del Ejecutivo y al secretario de la Defensa, lo cual resulta una omisión. Esa telaraña de intereses muestra el operativo que se hizo la noche de Ayotzinapa. Otras diferencias importantes que se pueden leer son: no se inventan hechos como haber quemado a los normalistas en un basurero; tampoco se cubre de impunidad a las fuerzas armadas de la zona militar, incluso se hace referencia a un coronel, José Rodríguez Pérez, que asesinó de forma directa a seis de los estudiantes, un militar que después fue premiado y lo ascendieron a general en 2015. Se hace especial mención de que ahora no hubo tortura para obtener testimonios y falsear datos a conveniencia.

Resulta extraño que no se haya llegado hasta arriba en la escala de las responsabilidades para determinar cómo se construyó esa historia. Otro factor negativo fue la actuación atropellada de la fiscalía que quiso dar un golpe de efecto y detener al día siguiente a exprocurador de justicia, Murillo Karam, con una presentación completamente deficiente ante un juez que regañó a los agentes del ministerio público porque no conocían el expediente. Una acción vergonzosa de la fiscalía, una más. También hay que atender los comentarios del grupo de expertos que al parecer no conocieron previamente el informe. Los padres de los estudiantes, que han dado una lucha heroica a lo largo de casi ocho años, señalan que falta información más precisa para que ellos se puedan irse a sus casas a hacer su duelo.

Alejandro Encinas ha declarado que todavía no termina el trabajo de la comisión y siguen en la búsqueda de los normalistas. Asimismo, la fiscalía ha liberado 83 órdenes de aprehensión: 20 mandos militares, 5 autoridades de Guerrero, 26 policías de Huitzuco, 6 de Iguala, 1 de Cocula y 11 de Guerrero y 14 integrantes de Guerreros Unidos.

Ayotzinapa es un crimen de Estado que necesita ser resuelto integralmente; el proceso penal de Ayotzinapa ha sido largo, tortuoso y todavía está incompleto. ¿Concluirá este proceso antes de que termine el sexenio o seguirán los padres de los normalistas con su exigencia legítima de verdad y justicia?

Twitter: @AzizNassif



« Alberto Aziz Nassif »