El tema de la energía necesaria para que se instalen empresas de alta tecnología es complejo, sobre todo porque en términos reales, CFE y PEMEX, generadores potenciales de energía, detentan sendos monopolios en sus respectivas áreas, lo cual limita las posibilidades de actuación de los gobiernos estatales o locales.

Recordemos, solamente como ejemplo, que durante el sexenio pasado se canceló la planta generadora de energía que operaba en la entidad la empresa española Iberdrola, planta que posteriormente fue comprada por el gobierno federal.

Si bien la planta de Iberdrola generaba energía para ciertas empresas, de alguna forma se interpretó que esa situación hacía que CFE perdiera dinero y que las empresas que obtenían de ella la energía eléctrica se beneficiaban de forma poco clara, de alguna forma se dejaba ver que había una especie de "fraude" y que, por otra parte, se perdía la soberanía en materia de energía eléctrica.

El problema es que durante todo el sexenio anterior casi no se aumentó la capacidad generadora de energía eléctrica y, aunque durante el primer año de este sexenio se ha intentado producir más y distribuirla mejor, aún no se logra el objetivo.

Si pensamos, como lo hemos comentado, que hoy se trata de sentar las bases para que Nuevo León entre de lleno a la economía del tercer milenio, contar con energía suficiente constituye un requisito indispensable, ya que las empresas de alta tecnología, de manejo de datos y por supuesto de Inteligencia Artificial, consumen importantes volúmenes de esta.

Es cierto que tener soberanía en este rubro es de vital importancia para el país, también lo es generar la energía suficiente para las necesidades no solo de la industria actual, sino para generar las condiciones necesarias para el crecimiento.

Juan Enríquez Cabot, en un artículo publicado recientemente, señala precisamente cómo, siendo México en general un país en el que, por razones geográficas, se cuenta con sol y viento en cantidades importantes, no se ha logrado generar una infraestructura importante en el rubro de las energías alternativas, entre otras razones, debido a que se impulsa la generación de energías tradicionales.

Aquí es dónde el gobernante debe mostrar su talento para la negociación política, para ejercer el liderazgo necesario y establecer el cómo sí se puede alcanzar esta infraestructura vital para sentar las bases de la entrada del estado en la economía moderna, la que prioriza el sector terciario de la economía.

No es una tarea fácil, pero como decía un antiguo comercial, si las cosas fueran fáciles, cualquiera las haría, los hechos actuales nos indican que no es así.

Pero, pensando incluso de forma mucho más conservadora de lo que se necesita actualmente, inclusive para sostener el crecimiento de la economía tradicional, la que prioriza el sector secundario y el indispensable sector primario, también se requiere de generar más energía y distribuirla de forma adecuada, ello con la finalidad de hacer cada vez más eficientes los procesos que se presentan en estos sectores económicos.

Entendemos que no es un tema fácil, pero resulta necesario asumirlo con imaginación, determinación y audacia.